(VOVworld) – Hace 70 años, por estos días Hanoi vivía el ambiente fervoroso de la resistencia contra los colonialistas franceses, enarbolando la consigna “Decidido a morir por la Patria”. Durante el festejo tradicional del Tet (Año Nuevo Lunar) del Cerdo de 1947, la capital vietnamita saludó el advenimiento de la nueva primavera en medio de un clima tumultuoso, pero también emocionante por los 60 días y noches de su defensa. Pese a las dificultades, los capitalinos se mostraban optimistas y confiados en la lucha por salvaguardar la independencia de la joven República.
La noche del 19 de diciembre de 1946, cuando se difundió por la Voz de Vietnam la convocatoria del Presidente Ho Chi Minh a la resistencia nacional, miles de hanoyenses optaron por no evacuarse, sino que se quedaron voluntariamente en la capital, dispuestos a morir para defenderla. Entonces, cada casa se convirtió en una fortaleza, las calles eran campos de batalla y los habitantes se consideraban combatientes. Por doquier se veían consignas como “Vivir y morir por la capital” e “Independencia o muerte”. Toda la urbe estaba dispuesta a enfrentarse a las tropas enemigas recibiendo la primera fiesta del Tet durante la prolongada resistencia nacional en medio del asedio. Nguyen Thi Nhan, exmiembro del Grupo Logístico de la Fortaleza Lang, estaba en Hanoi en aquellos días de tensión, de los que rememoró: “En el último día del año, la gente cortó árboles, los cuales impidieron el paso de los tanques de los franceses. Nosotros nos desvelamos para descascarar y moler arroz, así como capturar peces para preparar comidas para los soldados. En los estanques no quedaba mucha agua, por lo que la captura nos era fácil. Mientras, en las huertas había muchas verduras, pero solo podíamos recolectarlas por la noche, ya que por el día los aviones enemigos sobrevolaban y bombardeaban sin cesar”.
El pueblo hanoyense entregó flores a combatientes capitalinos (Foto de archivo)
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Ese mismo día, los habitantes en las afueras de Hanoi desafiaban los peligros que les acechaban en el camino para llevar a los soldados del Regimiento Capitalino que combatían en el interior de la ciudad legumbres, carne de cerdo, pollo, pasteles tradicionales “banh chung”, mortadela, frutas frescas y confitadas e igualmente flores de melocotón de la aldea de Nhat Tan y plantas de kumquat de Quang An. En la Nochevieja, el Escuadrón suicida del Área Interregional número 1 recibió la orden de realizar una emboscada contra las fuerzas agresoras. Estas respondieron con intensos ataques y el sonido de los disparos, según los valientes combatientes, sustituyó al de los petardos que se solían prender en ocasión del Tet. Otro grupo se encargó de colocar la bandera nacional en Thap Rua (Torre de la Tortuga ubicada en medio del Ho Guom, o Ho Hoan Kiem (Lago de la Espada Restituida), transmitiendo el mensaje de que pese a la guerra, el pueblo y los soldados de Vietnam celebraban un triunfante Año Nuevo Lunar. El coronel Nguyen Trong Ham, exmiembro del Área Interregional número 1, recordó: “La Liga para la Independencia de Vietnam (Viet Minh) ofreció una recepción en la calle Hang Chieu en saludo al Tet, en la que los invitados, principalmente embajadores y extranjeros residentes en el país, fueron agasajados con un banquete basado en los abastecimientos desde las afueras y con flores de melocotón. Aunque que fuimos asediados durante un mes por los franceses, logramos celebrar esos festejos en la ciudad. Se puede decir que con ese espíritu, los invasores nunca hubieran podido vencernos”.
Bajo la luz de lámparas de gasolina Coleman, los soldados vietnamitas e invitados levantaron sus copas brindando por salud y felicidad, y disfrutando las comidas típicas de Vietnam para la ocasión. Los delegados extranjeros se mostraron asombrados ante el optimismo del ejército y pueblo de Hanoi, y alabaron la capacidad de los locales, reflejada en los platos preparados y su decoración.
El ambiente entusiasta por la llegada de la primavera era palpable en cada rincón de la urbe, incluso en las trincheras excavadas en sus calles. La Fortaleza Lang, uno de los primeros objetivos de los proyectiles franceses, lucía radiante con búcaros de flores de mostaza frescas recolectadas en el campo y con las cuales las mujeres del servicio de logística renovaron el lugar. El artillero Do Van Da contó: “Aquel año, los hanoyenses que aún estaban en la ciudad celebraron el advenimiento del nuevo calendario en sus casas, casi vacías, puesto que los muebles fueron colocados en las calles como barreras para evitar el paso de los tanques. Hacía tremendo frío, además llovía mucho. El 12 de enero lunar, marchamos en sentido contrario del viento hacia Viet Bac, capital de la revolución nacional. Cuando llegamos a Thanh Tri, al vernos, algunos lugareños que estaban cocinando “banh chung” nos propusieron llevar unos pasteles”.
A pesar de que efectivos franceses patrullaban las calles en sus vehículos militares y a menudo realizaban disparos, los soldados hanoyenses festejaban en las trincheras un Tet emocionante por el afecto de la retaguardia y la confianza en un triunfo seguro de la resistencia nacional.
A la espera del Año Nuevo Lunar del Gallo 2017, desandamos la historia, para ver cómo se celebraba el Tet hace 70 años, cuando reinaba un espíritu de lucha, de aspiraciones de independencia entre todo el pueblo vietnamita, en especial los capitalinos. Fue con esa voluntad que contribuyeron a detener al enemigo y proteger la ciudad durante 60 días y noches, creando condiciones favorables para la consolidación de las fuerzas revolucionarias y continuar la prolongada lucha hasta la victoria final.