(VOVworld) - Según la tradición de los vietnamitas, la última tarde del viejo año lunar es considerada como un momento de reunión familiar. A  cualquier edad, disfrutar juntos con los seres queridos  una bandeja de manjares el 30 de diciembre lunar (que este año corresponde al 17 de enero del calendario gregogiano) siempre evoca  sentimientos de felicidad. Es una ocasión en que la familia conversa de las labores  realizadas y a la vez comparte las alegrías y previsiones para el año que llega.

La tarde del 30 de diciembre lunar parece ser el momento más simbolizado del ambiente de la fiesta tradicional del Tet de los vietnamitas. En medio del aroma de inciensos y el frío ligero del inicio de la  primavera, sentados alrededor de la comida, los hijos y nietos informan con respeto a sus abuelos y padres  las tareas cumplidas. Esos últimos  tampoco olvidan recordar a sus descendientes  los objetivos  para el nuevo calendario. Lo triste y desagradable queda atrás y se espera un año nuevo que traiga  suerte y todo lo mejor.

En vísperas del Tet, las familias vietnamitas suelen visitar las tumbas para invitar a sus antepasados a recibir el año nuevo lunar en casa

Como es tradicional, al llegar ese día especial, los miembros de la familia del señor Nguyen Van Binh, residente en la comuna de Gia Thuy, distrito capitalino de Long Bien, dedican parte del tiempo a limpiar y reparar las tumbas de sus antepasados en el cementerio de la localidad para luego invitarlos a festejar el Año Nuevo Lunar en casa. Esta costumbre demuestra el arraigado culto del pueblo vietnamita a sus ancestros, con lo cual también contribuyen a fomentar el amor entre los vivos. Nguyen Van Binh comentó: “En vísperas del Tet, mis hijos y yo realizamos visitas al cementerio para limpiar y reparar las tumbas de nuestros familiares y luego “invitarlos a casa” para reunirse junto con nosotros durante el festejo del Tet. De esta manera,  educo a la nueva generación en una hermosa tradición que nos transmitieron las anteriores”.

En vísperas de la mayor celebración del año, las mujeres de la familia están ocupadas en la cocción de los manjares típicos del Tet, con los  cuales primero agasajan a los antepasados, y después los disfruta toda la familia. Para ellas, el Tet también es una ocasión para enseñar a sus hijas y nueras cómo  preparar  y presentar la bandeja de comidas tradicionales. Vu Thi Tinh,  de la comuna de Gia Thuy, amplió al respecto: “La bandeja de comidas de nuestra familia se compone de banh trung (pastel hecho de arroz glutinoso, frijol, carne de cerdo y otros ingredientes), tortas también hechas con arroz pero con azúcar, además de la sopa de brotes de bambú, vegetales salteados y “nem rán” (rollitos de primavera fritos). Son los platos más deliciosos y se elaboran  para rendir culto a los ancestros”.

Una bandeja de comidas tradicionales en la última cena del viejo año

Mientras que las mujeres se entregan a la preparación de la comida para los días festivos, los hombres se encargan de la decoración del altar de los antepasados y la reordenación de utensilios domésticos y bonsáis. En esta ocasión, las personas de edad avanzada son las que más alegres están  al encontrarse  en un ambiente de  reunión familiar. Pese al mal estado de su salud, la señora Vu Thi Chat se siente muy contenta al ver a sus hijos y nietos en la última cena del año lunar. Con emoción, expresó: “Estoy muy feliz al verme rodeada por mis los hijos y nietos para disfrutar juntos los manjares que se preparan en ocasión de la fiesta tradicional.”

De hecho, los platos de la última tarde del viejo año son manjares preparados de manera minuciosa en cuanto a su cocción y presentación. Este rasgo tiene un valor espiritual profundo que simboliza  la unidad familiar. Por esa razón, todo  vietnamita quiere estar  en casa en el último instante del año viejo e inicio del nuevo, para disfrutar  el ambiente festivo del Tet con la familia.