(VOVworld) – Quang Tri, una de las localidades con más familias damnificadas por la severidad del clima ha sido la tierra más devastada por las consecuencias de la guerra. A pesar de enfrentar calamidades, las víctimas de explosivos remanentes de la guerra mantienen los esfuerzos de superación para hacer realidad sus sueños.
“Cuando tenía 15 años de edad, estaba en las actividades laborales de la escuela secundaria de Trung Son con mis compañeros y tuvimos un accidente con explosivos remanentes de la guerra. En consecuencia, 4 estudiantes murieron y 4 resultaron heridos”.
Víctima de explosivos remanentes de la guerra en la provincia de Quang Tri
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Contando la historia de su vida, Nguyen Van Phuong, habitante de la calle 8, barrio 5 de la ciudad de Dong Ha, provincia central de Quang Tri habla con una voz muy triste. Todos sus sueños se esfumaron en un instante con el humo derivado del estallido de una bomba restante de la guerra. Cuando despertó en el hospital, el entonces adolescente vio a muchas personas lesionadas. La cantidad de heridos dificultaba la intervención oportuna de los médicos. Debido a la falta del personal y medicamentos, los doctores no pudieron atender a tiempo a Nguyen Van Phuong, lo cual le produjo una infección que trajo como consecuencia el truncamiento de sus dos piernas. La vida de una persona normal es dura, pero para el entonces adolescente estudiante Nguyen Van Phuong, la dificultad era mucho mayor. Sin embargo, su perseverancia durante años le ayudó a aliviar la frustración y ahora asume la responsabilidad de cuidar a su familia, considerándola su razón de ser. “En 1998, me casé y enseguida tuvimos a nuestro primer bebé y tres años después, tuvimos otro. La oportunidad me llegó en 2001 con el proyecto de la organización humanitaria Peace Trees Vietnam que me obsequió una vivienda protegida en la aldea de Hoa Binh en donde me asiento desde 2003. Diez años después, tuvimos un tercer bebé. De momento, mis hijos acuden regularmente a la escuela y no espero más que poder garantizar el sustento material de la familia para ayudar a los niños a superar las dificultades y aferrarse al estudio”, reveló Nguyen Van Phuong.
Similar al caso de Nguyen Van Phuong, la vida de Tran Thi Be, residente de la calle 7, barrio 5 en la ciudad de Dong Ha, provincia de Quang Tri ha estado colmada de lágrimas. La mujer compartió: “Fue en 1973 cuando viajé de Quang Tri a Da Nang y tuve en el camino un accidente con bombas, que hizo que perdiera mis dos piernas. Mi madre y mis 5 hermanos murieron mientras que mi padre quedó lesionado. En aquel momento, tenía sólo 13 años de edad y estuve en el hospital durante dos años. Después de que mi padre se recuperara, me llevó a mi tierra natal. Perdí el cariño de mi madre y de mis 5 hermanos. El accidente me convirtió en discapacitada, dificultando mi vida y la de mi padre. Pese a la escasez total, nunca me di por vencida”.
Soldados del Ejército Popular de Vietnam desactivan una bomba remanente después de la guerra
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El viraje llegó a la señora Be con una invitación a participar en el rodaje de la película titulada: “Vida de arena”, pues su destino se asemeja a la vida de una protagonista en la obra cinematográfica. ““La vida de arena” trata de una muchacha sola que espera con ansias dar a luz a un bebé. Participando en el rodaje, me cambió el pensamiento. Mi sueño despertó y todo el temor se fue. Por fin, tuve una hija. El ingreso que gané en esta película me permitió montar un negocio para proveer el sustento de mi familia hasta hoy”, compartió la señora Be.
En la tierra tranquila de Quang Tri, los fantasmas de la guerra fueron dejados atrás. Sin embargo, sigue el intenso dolor que sufren las víctimas de los explosivos restantes. Para continuar escribiendo su propio sueño, estas personas perseveran enfrentándose a las extremidades meteorológicas y muchas han vencido la situación crítica para convertirse en los brotes que crecen con esfuerzos de superación de los combatientes en esta heroica tierra.