(VOVworld) – Vietnam cuenta con cerca de 300 zonas industriales y más de 2,8 millones de obreros. Desafortunadamente, según una encuesta de la Confederación General de Trabajo, la vida cultural de estas personas todavía no se corresponde con su contribución al desarrollo nacional, lo que plantea la urgencia de establecer instituciones culturales en beneficio de este sector.
En los últimos años, las condiciones materiales de vida de los obreros vietnamitas han mejorado mucho, gracias a los esfuerzos del gobierno y el empresariado. Sin embargo, su vida cultural y espiritual aún no ha recibido una debida atención y se considera pobre. Esto se debe a que la mayoría de ellos viven dentro de las zonas industriales y por eso no tienen muchas oportunidades para acceder a las actividades recreativas. Nguyen Ngoc Trung, de la empresa Yamaha Vietnam, perteneciente al Área Industrial Thang Long, de Hanoi, habló de su rutina diaria: “Trabajo 8 horas diarias, algunas veces, hasta 12 horas. Por eso, cuando regreso a casa solo me queda tiempo para comer, ducharme y dormir. No veo nunca la televisión y de cuando en cuando leo noticias en mi teléfono móvil.”
Una actuación artística para trabajadores de la Zona Económica de Dung Quat, en la provincia de Quang Ngai
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Consciente de este problema, el Partido y Estado del país han implementado políticas para encontrar soluciones. A inicios de 2016, el Secretariado del Comité Central del Partido Comunista vietnamita emitió una Directiva destinada a mejorar la vida espiritual de los trabajadores. Dong Nai, una de las provincias con mayor número de obreros, 950 mil, es un ejemplo de cómo esa orientación se cumple exitosamente.
Según explicó Nguyen Thi Quynh Nhu, una empleada con más de 20 años en la Sociedad Anónima Tae Kwang ViNa, del Parque Industrial Bien Hoa 2, en esa provincia meridional, ella se siente muy segura y unida a su compañía porque le da un ingreso estable, buenas condiciones de trabajo y otros beneficios. Además de un salario superior a los 8,5 millones de dongs (unos 380 dólares) por mes, Quynh Nhu y sus colegas reciben también primas de diligencia y antigüedad, así como subvenciones de tráfico y vivienda. Por otro lado, se benefician frecuentemente de eventos culturales y deportivos, exámenes de salud y conferencias de conocimientos legales. La trabajadora amplió al respecto: “Los sindicatos locales a menudo celebran consultas conjuntas o por separado con nosotros para atender nuestras inquietudes sobre las Leyes de Trabajo y de Seguridad Social, así como sensibilizarnos sobre el tema. Incluso el jefe sindical de cada empresa también participa. Para los asuntos polémicos que centran la atención de muchas personas, se realizan seminarios.”
La administración de Dong Nai da prioridad a la atención, las aspiraciones y expectativas de los empleados locales y firma con sociedades los convenios colectivos de trabajo a favor de dichas personas. Actualmente, el 60% de las empresas en la provincia han suscrito el mencionado documento.
Un partido de voleibol en la zona industrial de Yen Phong, en la provincia de Bac Ninh
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De hecho, la mayoría de los 2,8 millones de trabajadores en las zonas industriales proviene de distintas localidades del país y tiene que alquilar alojamientos donde se carece de las instalaciones de primera necesidad. La Confederación General de Trabajo está colaborando con los ministerios y ramas relacionados para poner en marcha un Proyecto piloto con vistas a construir instituciones culturales y deportivas para obreros y trabajadores en las zonas industriales de 15 localidades vietnamitas. Vu Manh Tiem, vicedirector de Propagada y Educación del organismo, señaló: “Nos concentramos en la construcción de casas de uso múltiple, donde los trabajadores pueden organizar actividades recreativas y de beneficio para su salud, así como conferencias. Multiplicaremos este modelo en otras 50 localidades. Además, tratamos de construir viviendas para los obreros. Cada una de ellas tendrá una superficie de 35 a 40 metros cuadrados y un valor aproximado de 100 millones de dongs (4500 dólares), lo cual se puede pagar por cuotas en 15 años.”
Las actividades culturales y deportivas ayudan a los obreros a ser más apasionados con su empleo y les estimulan a superar las dificultades. Por eso, es importante elaborar un sistema de instituciones culturales para este sector laboral. Al impulsarles a participar en los eventos de ese tipo y recreativos, estamos reduciendo los riesgos de males sociales en las áreas industriales, y a la vez aumentando el rendimiento en las fábricas.