A las 11 de la mañana, la temperatura sube a 38 grados centígrados. Es hora de que Ho Thi Hong Hoa enciende el horno para preparar anticipadamente la cena. Si quiere conseguir cuencos calientes de gacha y de arroz que garanticen el porcentaje nutricional para los pacientes, la señora tiene que levantarse a las 4 de la madrugada para ir de compras. A eso de las 10 de la mañana, todos los miembros del Grupo humanitario 1C se concentran en la casa de Hoa para preparar juntos las comidas.

El Grupo 1C reparte raciones de comida a los pacientes en el hospital de Da Nang (baodanang.vn)

Según cuenta, al principio compró con su propio presupuesto 10 kilogramos de arroz para cocinar 100 porciones y movilizó a los habitantes locales en esta labor. De momento, mantiene el suministro de 400 raciones a los pacientes en el hospital de Da Nang. La benefactora señaló que hace 7 años visitó a su familiar en el centro médico y vio allí las dificultades que enfrentaban los enfermos renales en los días de diálisis. Entonces concibió la idea de preparar comidas gratuitas para apoyar a esas personas desafortunadas. Para ello, ha acudido incluso a cada comerciante pequeño en el mercado de An Cu, barrio de An Hai Dong para recaudar fondos. La señora dijo lo siguiente: “He recorrido el hospital y vi muchas vidas miserables. Desde aquel momento fui a las tiendas a las 10 y media de cada día para recaudar fondos humanitarios a fin de comprar víveres para los pacientes pobres. Hay ocasiones en que cocino 6 veces a la semana”.

A las 4 de la tarde de cada viernes, envía más de 400 porciones de comidas al hospital de Da Nang. Informado de las actividades humanitarias de la señora Hoa, un director joven de una empresa decidió contribuir mensualmente con 2 millones de dongs (unos 95 dólares) para mantener la provisión de alimentos a los enfermos pobres. Cabe destacar también el caso de una madre y su hijo beneficiados de 300 dólares al mes, quienes donan un tercio de ese apoyo económico a otras personas más desafortunadas. En idéntico sentido, otro miembro del Grupo 1C, Nguyen Quang, de 65 años de edad, reveló que él y sus compañeros del equipo están dispuestos a apoyar con sus propios recursos a los necesitados. Al respecto dio a conocer: “Cuando la salud me lo permite presto apoyo a las personas más desafortunadas, considerándolo como mi propia felicidad. Pese a las dificultades, me alegro mucho al ver a la gente que hace cola en espera de sus porciones de comidas”.

Además de preparar el arroz, el Grupo 1C obsequia presentes a los discapacitados y étnicos residentes en las zonas recónditas en las provincias centrales de Quang Tri, Thua Thien-Hue y Quang Nam. De acuerdo con Nguyen Quang Huy, presidente del Frente de la Patria de Vietnam en el barrio de An Hai Dong, distrito de Son Tra, ciudad de Da Nang, cada año su institución invita a los benefactores a respaldar a dicho grupo humanitario con 10 o 20 millones de dongs (de 490 a 950 dólares) para ayudar a los habitantes locales en situación difícil. El funcionario afirmó: “Apreciamos las contribuciones de la familia de la señora Hoa del Grupo 1C durante los últimos años. Decidimos multiplicar este ejemplo no sólo en este barrio sino también en toda la ciudad e incluso en todo el país”.