(VOVWORLD) - Con su naturaleza pesada, la herrería la practican principalmente hombres. Pero, en la aldea de Da Sy, distrito de Ha Dong, Hanói, hay una mujer que lleva más de 40 años en esta profesión. Es la señora Do Thi Tuyen, de 55 años de edad. Con su amor y dedicación al trabajo, ella no solo crea productos de calidad, sino también contribuye a preservar este oficio tradicional.
Al escuchar estos poderosos martilleos, pocos pueden imaginar que son realizados por una mujer de unos cincuenta años. Al lado del horno ardiente en la fragua de unos 20 metros cuadrados de su familia, Do Thi Tuyen golpea una barra de acero al rojo vivo con un martillo pesado. En el calor sofocante del verano, las gotas de sudor corren por detrás de sus gafas y máscara protectoras. Es un trabajo duro, pero forma parte de su vida desde hace más de 40 años.
La mujer recordó: “Comencé a trabajar como herrera cuando estaba en la escuela secundaria. Todos los días después de las clases ayudaba a mis padres en la fragua de nuestra familia. Al principio encontré muchas dificultades. Cuando sostuve el martillo por primera vez, sentí un calor insoportable. Recuerdo que cuando me equivocaba en el trabajo, mis padres me regañaban. Me tomó casi diez años dominar este oficio y poder hacer todas las fases de producción”.
La señora Do Thi Tuyen está forjando un cuchillo |
La herrería no es fácil de aprender, pero es aún más difícil de dominar y vivir de ella. La señora Tuyen tuvo muchas dificultades y penurias, pero las superó todas para heredar y continuar desarrollando la marca Hai Tam de su familia. Ella compartió: “Es un trabajo muy arduo y de altos riesgos laborales. El ruido afecta a los oídos, mientras el polvo suele provocar daños en los pulmones y el sistema respiratorio. Las quemaduras también son inevitables. Es insoportable trabajar en el verano, cuando hay días que la temperatura alcanza los 37 o 38 grados centígrados. En el invierno, es más cómodo. Si no hubiera tenido el amor por la profesión ni hubiera querido proteger el oficio tradicional de mi pueblo, en general, y de mi familia, en particular, no hubiera podido seguir trabajando hasta ahora”.
Cada día, la señora Tuyen empieza a trabajar a las 7 de la mañana y termina cuando se pone el sol. Para hacer un producto, tiene que cortar acero y crear una forma inicial de lo que quiere hacer, como por ejemplo un cuchillo. Luego, lo pone en un horno a una temperatura de más de 1000 grados centígrados y después lo coloca en un yunque para martillearlo a fin de darle la forma perfecta. Una vez terminada la forja, se pone debajo de cenizas de leña durante un tiempo. Este proceso ayuda a enfriar el material lentamente, evitando que sea quebradizo y se rompa fácilmente. Tras este paso, se afila y se le pone un mango.
Anteriormente, todos estos pasos eran realizados por la propia señora Tuyen. Pero, ahora, su hijo Dinh Cong Thanh, de 30 años, le ayuda para aprender el oficio. “Amo esta profesión y, como mi madre, quiero preservarla. Actualmente, estoy aprendiendo el oficio para que en el futuro pueda convertirme en un artesano. Dedico dos horas al día para investigar cómo hacer negocios, con el deseo de desarrollar la marca familiar, no solo en el mercado nacional, sino también en el exterior”, dijo el joven.
El taller de la señora Tuyen se especializa en la producción de cuchillos y tijeras. Pero el producto que hace famosa su marca Hai Tam se llama “bo thep”, un tipo de cuchillo. La mujer explicó: “No son iguales a los otros tipos de cuchillo en el mercado, nuestros cuchillos ‘bo thep’ son muy peculiares. La técnica de su fabricación se origina en la elaboración de espadas japonesas. Para hacer uno, caliento una pieza de hierro forjado de 8 milímetros de grosor. Luego, la parto por la mitad, y coloco otra pieza de hierro con un extremo afilado sobre ella martilleándola. Después, pongo en el medio de ella una hoja de acero. Coloco el material en el horno para quemarlo hasta que se derrita y se unan todas las piezas. Gracias a esta técnica, nuestro tipo de cuchillo es muy fino y ligero, pero es muy duro y resistente, muy adecuado para cortar alimentos”.
Cuchillos y tijeras producidos por el taller Hai Tam |
En promedio, la fragua de la señora Tuyen produce 20 cuchillos al día, que se venden a un precio de 50.000 a 200.000 dongs (o sea, de 2 a 8,5 dólares) por pieza. Sus productos se fabrican principalmente por encargo y se distribuyen tanto en el país como en el extranjero, lo que proporciona ingresos estables para su familia. Actualmente, los cuchillos Hai Tam están disponibles en el mercado de muchos países del mundo, como Rusia y Alemania.
Con amor y dedicación a su trabajo, la señora Tuyen ha elaborado muchos productos de calidad, que son valorados altamente por otros artesanos de la aldea. Dinh Cong Doan, vicepresidente de la Asociación de la Aldea Artesanal de Herrería de Da Sy, comentó: “Hay otras mujeres que trabajan en esta profesión en la localidad. Pero solo la señora Tuyen ha logrado construir una marca tan exitosa. Su taller se especializa en los cuchillos ‘bo thep’ para uso doméstico y el sector de la hostelería. Sus productos son de muy buena calidad”.
Las creaciones de la señora Tuyen son conocidas por los clientes dentro y fuera del territorio, gracias a su sofisticación y alta durabilidad. Dang Bui Minh, del distrito de Hoang Mai, Hanói, expresó: “Los cuchillos Hai Tam son muy duraderos y afilados. Todavía uso los que compré hace casi diez años. Siendo chef, siempre confío en los productos Hai Tam para preparar las comidas, puesto que cortan los alimentos de manera fácil y sin esfuerzo”.
Por sus contribuciones al desarrollo de la aldea artesanal de Da Sy, en 2018, la señora Tuyen recibió el título de Artesana, otorgado por el Estado.