(VOVworld) – Al hablar de la culinaria de la etnia Gie Trieng, lo primero que viene a la mente es el “ca chua”, un plato original que se sirve solo en ocasiones especiales o para invitados o huéspedes. Se trata de un pescado encurtido que constituye el principal plato de esta comunidad residente en Tay Nguyen (Tierras Altas centrales de Vietnam), en sus fiestas tradicionales.
El referido escabeche de pescado se elabora con mucho esmero, ya que además de ser el plato indispensable en los eventos importantes de la aldea, o un regalo de la familia para visitantes, también debe conservarse para su consumo durante un largo tiempo.
Los Gie Trieng elaboran su plato típico con "ca Nien", una especie de agua dulce de alto valor nutritivo
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El pescado de preferencia para esta receta es “ca Nien”, una especie de agua dulce de alto valor nutritivo cuyo nombre científico es Onychostoma gerlachi. Según An Ghin, del poblado de Lao Du, de la comuna de Phuoc Xuan, distrito de Phuoc Son, en la central provincia de Quang Nam, es importante elaborar el pescado tan pronto se captura para mantener la frescura de su pulpa. Para cumplir con este requisito, pueden sumarse a su lavado todos los miembros de la familia. Al respecto, An Ghin añadió:“Los pescados Nien grandes y frescos garantizan la mejor calidad del escabeche. A eso es lo primero que se le debe prestar atención si se desea elaborar esta receta”.
Después de quitar las escamas y entrañas, el ingrediente principal se limpia una y otra vez. Luego, hay que separar la carne del “ca Nien” en dos piezas, botando la cabeza, las espinas, la columna y la cola. Una vez escurridos, los filetes son adobados, antes de colocarlos, los grandes primeros, en un pote de terracota.
Los condimentos y su empleo es el secreto de esta receta a la hora de su elaboración. Como otros encurtidos, se prepara una mezcla de sal, vinagre, picante, azúcar y otras especias para el adobado, sin embargo, descartan el uso de aceite.
Luego de 15 o 20 días de haber absorbido todos los condimentos, los filetes de “ca Nien” empiezan a oler bien y pueden servirse. Su sabor agridulce y picante deleita el paladar de cualquier comensal. An Ghin destacó: “Este manjar típico de nuestra etnia está destinado especialmente a los banquetes comunitarios, celebraciones o a los invitados de la familia. Para nosotros, es un legado gastronómico de nuestros antepasados”.
Especialidades de los Gie Trieng preparadas en base a recursos forestales
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El “ca chua”, cuya preparación se basa en las experiencias transmitidas de generación en generación, se vincula con la vida de los aborígenes. Lo acompañan de arroz en sus comidas diarias, e incluso lo llevan al campo para disfrutarlo tras cada jornada laboral.
En otras localidades del distrito de Phuoc Son, este plato es mezclado con harina de arroz o ese cereal tostado, pero los pobladores de Lao Du eligen el maíz en polvo para que tenga un sabor especial. El ají con el que hacen el chili para su adobado, lo cultivan ellos mismos para una mejor conserva.
A fin de lograr un buen encurtido, cada pote de terracota contiene de uno a 1,5 kilogramos de pescado. Tras ser tapado con la hoja “mon”, una especie vegetal local, el envase es colocado al lado de la hornilla, para acelerar la absorción de especias y evitar la penetración de insectos.
A la hora de servirlo, se le añade una hierba aromática, para acentuar su sabor. Para los Gie Trieng, el “ca chua” no es simplemente una comida, sino que refleja lo más especial de la gastronomía de esa etnia y representa la cultura autóctona. Su significado también puede verse en la forma en que se comparte en las fiestas aldeanas. “El mismo plato conecta a toda la comunidad, para estrechar más nuestros lazos de solidaridad en la vida y en las actividades laborales, brindándonos apoyo y estímulo mutuo para seguir adelante a pesar de las dificultades que puedan existir”, dijo Y Buom, otra habitante de Phuoc Son.
Quien visite la aldea de Lao Du y las familias locales, podrá observar que todas tienen vasijas de pescado encurtido. La localidad es famosa por esta especialidad, pero sus pobladores no la elaboran para comercializarla, sino para el consumo familiar, compartir con sus vecinos o mostrar su hospitalidad a los visitantes.