(VOVworld) – Los Raglai ricos poseen el Ma La (un tipo de batintín) para tocar en los rituales y los pobres de esta etnia crearon la cítara Chapi, instrumento musical simple cuyo sonido es parecido al del Ma La. Hace más de 20 años, la canción “Sueño de Chapi” del compositor Tran Tien la acercó casualmente al público y esta famosa melodía hizo que numerosos visitantes llegaran a las Play (aldeas) de los Raglai para indagar sobre este instrumento musical singular.
“Allí en la cumbre de la montaña, hay dos enamorados/Viven sin invierno, ni sol ni lluvia /Solo tienen el amor/Allí las cabras blancas juegan alegremente/Un techo de paja pobre, una casa sobre pilotes feliz/ Allí ellos viven una vida tranquila/Los necesitados también tienen Chapi. Quien ama la libertad que se vaya a la montaña para escuchar el sonido de Chapi.”
Estas letras sencillas tomadas de la melodía “Sueño de Chapi” describen la belleza del paisaje rural y pintoresco. Cada vez que resuena esta tonada parece que todas las preocupaciones y tristezas de la vida cotidiana desaparecen, llevando al hombre al sueño de Chapi con un prado inmenso, vida nómada, naturaleza espaciosa y aire fresco de la región montañosa. Aparentemente en el “Sueño de Chapi” la gente solo sabe amarse. Por eso, al pensar en Chapi numerosas personas se preguntan: ¿será cierto el sueño de Chapi? y ¿cómo es esta cítara ? Para encontrar la respuesta, se debe llegar a la zona montañosa de Khánh Son, provincia central Khánh Hoa, lugar donde se inventó este instrumento musical y preguntar a los lugareños. Pi Nang Thuan es uno de los pocos fabricantes de Chapi.
Un hombre Raglai haciendo una cítara Chapi
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El tono melodioso de Chapi que resuena al mediodía del verano, hace más atrayente el panorama de la región montañosa y boscosa. El artista Pi Nang Thuan dijo que hoy en día los Raglai todavía tocan Chapi en las fiestas, sin embargo, los que hacen e interpretan este instrumento musical tradicional son muy pocos. Reveló que Chapi es hecha de un tubo de bambú cerrado por 2 nudos, cuya cáscara es ligera. Cada trozo tiene 30 centímetros de largo y l0 centímetros de diámetro. Después de buscar el bambú, se usa un pincho para abrir agujeros. Estos tienen efecto de transmitir el sonido cuando se tocan las cuerdas. El artesano Pi Nang Thuan presentó: “Estoy perforando agujeros para perfeccionar la cítara. Este instrumento musical tiene 6 agujeros, formando una línea recta para producir y transmitir sonidos.”
La elaboración de Chapi es totalmente manual, pero los movimientos son muy sutiles, sobre todo cuando se separa la cáscara del bambú para hacer cuerdas. Las l2 cuerdas apoyadas en los cordales de bambú pequeño, se dividen en 6 parejas para producir tonos melodiosos diferentes.
e interpretando una pieza musical tradicional con el instrumento creado
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“Quien ama la libertad y al bosque verde, vaya a la montaña para escuchar el sonido de Chapi. Cuando se tocan, las cuerdas animan el alma de los Raglai/ Me comueve la Chapi/Como un hermoso sueño.”
Las letras de la melodía del músico Tran Tien son correctas, ya que esta cítara es indispensable en la vida de los Raglai. Su tono es el de montaña y bosque, el cual refleja el alma de los Raglai. Mau Quoc Tien, habitante local dejó saber: “Para los Raglai, Chapi es el batintín Ma La minimizado por la razón de que en los cantos folklóricos no se olvida este instrumento musical. Su sonido parece al del Ma La, por lo tanto, esta cítara es fácil de llevar al campo para tocar o enseñar a los descendientes. Mientras llevan a la espalda a sus hijos las mujeres pueden tocarla. Por eso, Chapi también pertenece al conjunto de instrumentos musicales tradicionales de los Raglai como los gongs y batintines Ma La.”
Cada vez que los aldeanos se reúnen alrededor de la hoguera, los ancianos narran sobre el tiempo de oro de Chapi. En las primeras noches de la estación lluviosa los Raglai tocan Chapi, interpretando la cantinela triste titulada “La Rana”. Cuando los enamorados se despiden, el joven presenta con el instrumento musical tradicional, la balada, “Quédate, me voy”. Chapi está presente en todas las actividades culturales comunitarias de los Raglai. Su presencia representa un sueño sincero de los pobres abiertos y liberales que desean que todo el mundo, pueda escuchar el sonido de Chapi, armonía de montaña y bosque.