(VOVworld) – Para los Kho Mu, quienes viven apegados a la naturaleza y cuya cultura tiene impactos muy marcados de la zona montañosa y boscosa, el fuego representa un factor muy trascendental. Lo consideran como una deidad que protege los hogares y les brinda vida y prosperidad. Esta creencia ancestral influye mucho en la construcción y estructura de sus moradas.

La cocina ubicada en el espacio central de la casa es la más importante y es donde se venera a la deidad del fuego y los antepasados

Históricamente, el fuego siempre ha sido el elemento sagrado en la vida de este grupo étnico. En un entorno cubierto por grandes árboles, las llamas en las viviendas levantadas bajo sus sombras hacen que las aldeas de los Kho Mu sean más acogedoras. Los autóctonos utilizan el bambú seco para crear una herramienta muy original destinada a producir fuego mediante la fricción manual. Se trata de una de las técnicas más antiguas. Me Van That, miembro de este grupo aborigen, explicó al respecto: “Esta es una tradición que se practica desde hace mucho tiempo en la comunidad Kho Mu. Nadie sabe quién desarrolló este método de crear fuego, pero antes de que se inventaran las cerillas y los fósforos, ya nuestros ancestros sabían obtenerlo de ese modo”.

Al venerar al genio del fuego, los Kho Mu generaron un sistema propio de reglas y creencias que rige la construcción de sus viviendas, la ubicación de la cocina y los procedimientos de culto en cada hogar. Las hornillas que tienen en casa representan a esa deidad y simbolizan la vitalidad, renacimiento e inmortalidad. Esos fogones pueden colocarse en diferentes posiciones según la voluntad del dueño de la casa. Sin embargo, el hecho siempre obedece a las arraigadas costumbres al respecto y estrictas reglas. El doctor Vi Van An, experto en cultura popular del Museo de Etnología de Vietnam, dijo lo siguiente: “La vivienda sobre pilotes de los Kho Mu consta de tres espacios. La escalera se ubica en el primero, y la cocina suele estar en la parte izquierda. El brasero, que se pone en esta última, sirve para las necesidades diarias de cocinar y calentarse en los días de invierno, pero también es donde se les da la bienvenida a los visitantes”.

La cocina central en otro hogar Kho Mu

En esa cocina, las mujeres de la casa y sus vecinas se reúnen a menudo para charlar y compartir momentos de alegría y tristeza en la vida. Mientras, el segundo fogón de la familia está en el espacio central de la morada, lugar donde se rinde memoria a los antepasados y no se admite la presencia de personas ajenas. Se trata de la hornilla más importante de cada familia, por eso sus grandes acontecimientos siempre se llevan a cabo en esa área. El doctor Vi Van An continuó: “Los Kho Mu creen que las comidas que ofrendan a sus ancestros, considerados como seres diáfanos y superiores, deben ser elaboradas en una cocina particular, para así mostrar de la mejor manera posible su veneración y gratitud. Por tanto, en las fechas trascendentales como el aniversario de la muerte de algún miembro de la familia se utiliza solamente esta cocina para preparar las ofrendas”.

El tercer fogón se encuentra en el último espacio de la casa y está estrechamente vinculado con el culto a la madre del arroz. En la temporada de la cosecha arrocera, las primeras semillas recolectadas serán cocidas para ofrendárselas como expresión de agradecimiento por sus bendiciones. Las herramientas en esa área son objetos sagrados que nadie puede llevar a otro lugar sin permiso del dueño de la casa.

En la vida de hoy, las minorías étnicas en Vietnam han modificado varias de sus costumbres ancestrales en aras de adaptarse a la modernidad y los nuevos tiempos. Sin embargo, la creencia sobre el poder del fuego está arraigada en la mente de muchas generaciones de los Kho Mu, y hoy día siguen recurriendo a su amparo, confiados en que les ayudará a evadir la mala suerte y tener garantizado el bienestar para toda la familia. También la mantienen con el deseo de preservar la identidad cultural típica de su pueblo.