(VOVworld) – La pagoda Doi, situada en la calle Le Hong Phong, de la ciudad de Soc Trang, en la provincia homónima, es la más conocida de los 600 santuarios jemer en el delta del río Mekong por su inigualable arquitectura. Es una obra espléndida de más de 500 años de antigüedad, construida con cánones del Budismo Thevara.
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El nombre Doi de la pagoda se debe a que desde hace cientos de años, este lugar ha sido la morada de miles de murciélagos, aunque formalmente se llama en idioma jemer Serey Techo Mahatup, o Ma Toc, en vietnamita. Esta construcción es considerada un museo impecable por sus invaluables valores artísticos y materiales, desde los más pequeños detalles hasta el conjunto arquitectónico de su entrada, santuario principal, sala de vestíbulo y albergues de los monjes. No se diferencia mucho de otros templos tradicionales de la comunidad jemer en la región meridional de Vietnam, con suntuoso decorado de flora ornamental, concretamente pétalos de la flor de loto esterilizados, sin embargo resalta por su belleza armoniosa y encantadora. Hoang Van Viet, que trabaja en el sector turístico en Ciudad Ho Chi Minh, destacó que la pagoda Doi se sitúa en un recinto amplio de más de tres hectáreas, y está rodeada por árboles seculares.
“El espacio arquitectónico de la pagoda Mahatup y la naturaleza en su alrededor tienen una armonía, que da sensación de tranquilidad y comodidad. El entorno aquí refresca y serena el alma de cualquier persona que se encuentra en el lugar.”
Al pasar por su entrada, el visitante se verá atraído por el color amarillo brillante del santuario. Los diestros artesanos jemeres crearon un complejo religioso sin par con tejados de color de dos niveles, esculturas sofisticadas de la serpiente Naga y una torre puntiaguda. Tallaron en los pilares que sostienen la pagoda la figura de la hada Kemnar con dos manos juntas en su pecho. Los rasgos culturales más característicos del pueblo jemer se ponen de manifiesto en el santuario principal, especialmente la estatua del Buda Gautama cubierta por un baño de oro. Hoang Viet explicó:
“El santuario principal es el espacio más importante de una pagoda jemer. Como seguidores del budismo Nam Tong, o Thevada, los jemeres colocan solamente la estatua del Buda Gautama en el santuario principal para su veneración, mientras que en las construcciones budistas de la mayoría étnica Kinh, además de adorar al Buda, rinden tributos a los bodhisattvas y arhats.”
En el exterior del santuario principal se observan relieves y motivos ornamentales muy típicos de la arquitectura jemer en la región Cochinchina. Especialmente hay 28 murales que describen capítulos importantes de la vida del Buda, desde su nacimiento e iluminación hasta su entrada en el Nirvana. En los alrededores del santuario principal se edifican estupas de todo tamaño y toda forma donde se preservan los restos de los bonzos y familiares muertos, según la tradición jemer.
En la pagoda Doi se celebran las diversas actividades religiosas, festivas y comunitarias de los jemeres radicados en la provincia de Soc Trang, para satisfacer las demandas culturales, espirituales, recreativas, artísticas y deportivas. Es además el lugar donde se imparten clases y amplían conocimientos sobre el tesoro cultural de la comunidad jemer. Tran Van Nam, un jemer quien vive cerca de la pagoda Doi dijo al respecto:
“Suelo ir a la pagoda por la mañana para encender unas varillas de incienso. Aquí en ocasión del Año nuevo, nos concentramos para elaborar pasteles y otros manjares típicos para rendir homenaje a los fallecidos. Igualmente en otros festejos de nuestro pueblo y los días de luna llena nos reunimos para orar en memoria de nuestros familiares extintos tras realizar ritos pertinentes en casa.”
Tal como enseña su nombre, la pagoda es la morada de miles de murciélagos, colgados en lo alto de sus árboles seculares y plantas frutales. Hay momentos en que esta masa llega a más de un millón, pero nunca comen frutas del jardín de la pagoda. En la luz del atardecer, resuena el sonido de las alas y llamado de los murciélagos para la caza nocturna. Esta es una característica muy particular de este santuario jemer.