(VOVworld) – Los jemeres de las provincias del delta del Mekong en el sur de Vietnam practican el budismo, por esa razón, dondequiera que se establecen se encuentran pagodas, que no solamente son sitios religiosos, sino también lugares donde se adquieren conocimientos y experiencias de trabajo, como lo hacen los centros de culto, cultural y educativo de la comunidad.
Las pagodas han hecho importantes contribuciones a la formación de la personalidad y la preservación de la identidad cultural de la etnia jemer en la región meridional de Vietnam.
La pagoda Doi en la provincia de Soc Trang
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La pagoda de los jemeres es una institución comunitaria parecida a la casa comunal para los kinh, la mayoría étnica de Vietnam, las poblaciones de Tay Nguyen (Meseta Occidental) o zonas costeras del centro del país. Sin embargo, la pagoda de los jemeres mantiene un vínculo más estrecho con la vida de cada uno de los habitantes al ser su primera escuela antes de oficialmente ir a clases. Cada lugareño debe pasar cierto tiempo entrenándose con los monjes antes de ser reconocido por la comunidad. Las bodas o los funerales de los jemeres también cuentan con la participación de estos religiosos. Incluso en las pagodas se levantan altares a los antepasados.
De hecho, las pagodas no son solamente una estructura religiosa con todas sus funciones sagradas, sino también lugares solemnes para recibir a los huéspedes de la comunidad y visitantes comunes. En realidad, los jemeres consideran las pagodas y a los monjes tan cercanos como sus propias casas y familiares. Nguyen Hung Vi, un investigador de la cultura popular, comentó:
“Para los jemeres, las pagodas de su pueblo son algo sagrado y a la vez familiar, por su significado religioso y su vínculo con la vida cotidiana. Son lugares a los cuales los jemeres acuden para consultar cualquier tema. Aquí se acumula toda la energía de la comunidad.”
Las pagodas de los jemeres se destacan como construcciones opulentas y solemnes, con líneas curvas en el tejado, relieves sofisticados, y altas torres erigidas en el recinto. El profesor asociado y doctor Lam Ba Nam, de la Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades, adscrita a la Universidad Nacional de Hanoi, explicó:
“Las pagodas de los jemeres resaltan por su arquitectura original. Son estructuras altas, muy diferentes de los semejantes santuarios construidos en la llanura del norte. Las pagodas de los jemeres siempre se levantan en terrenos altos con sus espléndidas formas. Nutren la vida de toda la comunidad y reflejan los matices arquitectónicos del Budismo Theravada (Nam Tong, en vietnamita).”
La pagoda Soc Lon en la provincia de Binh Phuoc
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En el concepto popular de los jemeres, el tejado puntiagudo de las torres construidas en el recinto de las pagodas es como la cumbre de un monte sagrado en el cual moran las deidades protectoras. En el tejado de las pagodas se aprecian además imágenes de la serpiente Naga, un animal mitológico de 3, 5, 6, 6 o 9 cabezas, que de acuerdo con la creencia jemer, tiene grandes méritos en la consolidación del budismo.
Según estimaciones del estudioso Nguyen Hung Vi, entre las pagodas construidas en todo el territorio nacional, las de los jemeres son las más originales al representar un cuadro bordado multicolor.
“Cuando ves una pagoda jemer con una silueta poderosa y pintada de colores vistosos, puedes apreciar el delicado gusto estético y muy particular de este pueblo. Estas estructuras reflejan la abundante riqueza de los jemeres. Son mucho más ricos que los habitantes de las zonas desiertas o glaciales, más ricos que los Kinh, que se entregan al campo toda su vida. Creo que los jemeres disponen de una sólida base estética.”
Las pagodas de los jemeres en el delta del río Mekong, que suman 450, son realmente obras de arte, entre ellas varias antiguas reconocidas como patrimonio cultural e histórico de nivel nacional y también como atractivos turísticos.
La vida de los jemeres está estrechamente vinculada con las pagodas, a las que confían los restos de sus familiares, y en las cuales también adquieren conocimientos y experiencias laborales, además de recibir lecciones sobre cómo comportarse en la sociedad. En el contexto de la sociedad moderna, la renovación nacional y la integración internacional de hoy, estas estructuras mantienen su importante papel en la vida espiritual de los jemeres, contribuyendo así al perfeccionamiento de la personalidad y al pensamiento de cada miembro de la comunidad.