(VOVWORLD) - La etnia Pako mantiene una actitud respetuosa con las tradiciones arraigadas de su pueblo, incluida la relacionada con el casamiento. En este caso, prestan especial atención a la preparación de los regalos de boda y la interpretación de las canciones folclóricas.
Una pareja saliendo de la casa de la novia para ir a la de su futuro esposo en el día de su boda (Foto: Tin tuc)
|
Desde tiempos desconocidos, “di sim” es la práctica a la que recurre cada hombre de este grupo autóctono para manifestar sus sentimientos hacia la muchacha que ama. El joven va a su encuentro, y con una rama de árbol toca el suelo de la casa de pilares de madera en la que vive ella para advertirle de su presencia. Si a ella le parece bien, será bienvenido, y ambos podrán charlar toda la noche sobre sus sentimientos entonando melodías Xoang, Ta Oai y Xa Not… Aunque en la actualidad, el ejercicio de “di sim” está algo mermado, el intercambio de los cantos folclóricos en los encuentros amorosos y las ceremonias nupciales se mantiene intacto en esta comunidad.
Los jóvenes tienen toda la libertad para conocerse y establecer una relación, pero una vez que deciden unirse en el lazo conyugal, deben informar a sus padres y a Giang (su Dios todopoderoso).
Parientes y amigos entregan regalos a la pareja (Foto: Tin tuc)
|
El patriarca Ho Van Hanh, jefe de una aldea Pako en la comuna de Hong Trung, del distrito de A Luoi, en la provincia de Thua Thien Hue, destacó la importancia de este acto diciendo: “Antes de llevar a cabo la pedida de mano, es imprescindible celebrar un acto para informar a Giang y a los antepasados sobre el acontecimiento. Se deben preparar para la ocasión collares de abalorios y pulseras de ágata como regalos de boda d el pretendiente a su amada. Se trata de un testimonio de los vínculos entre las dos familias. La concesión y la aceptación de estos presentes también ratifica el consentimiento de los progenitores de ambas partes a las relaciones matrimoniales de sus hijos. Se puede decir que este es el paso más importante de la boda en nuestra etnia”.
Además de los obsequios para la novia, las dos familias preparan comida y regalos para agasajarse unos a otros; la del novio ofrece ropa y carne de animales de cuatro patas, como cerdo, vaca y cabra, y la de su amada, cortinas y persianas de brocado y alimentos basados en pescados y aves.
Las dos familias se agasajan en la celebración (Foto: Tin tuc)
|
Los actos principales del casamiento tradicional de los Pako consisten en recoger a la novia de la casa de sus padres y llevarla a la de su futuro esposo. Las telas de brocado constituyen la dote que le dan sus padres. Entre las ofrendas para esta ocasión no pueden faltar un pollo hervido y un plato de arroz glutinoso. Después de bajar las escaleras de su casa, a la novia le ponen una tela con brocados sobre su cabeza para protegerla de la mala suerte. Cuando llega a la vivienda de su futuro esposo, la madre de éste la espera en la puerta y le da una cálida bienvenida. La suegra quita la tela de su cabeza y le pone collares de abalorios y pulseras de ágata. Entonces, es cuando se inicia el diálogo mediante canciones entre las dos familias.
Los hombres de la familia del novio cantan: “En mi casa faltan buenas variedades de arroz y maíz que tiene la suya. Venimos para pedirlas”. Mientras las mujeres de la otra parte responden con: “Gracias por solicitar aquellos bienes, pero tememos que sean tan débiles y pequeños que los vayan a despreciar”. La escena es artística, a la vez que emocionante, con insinuaciones sinceras y tiernas que se reflejan en sus voces y en sus ojos. A través de los cantos, la familia del novio explica el porqué él desea tener a la muchacha para ayudarle a formar un nuevo hogar. Expresa además la esperanza de que ella sea una buena esposa y nuera. Los obsequios se entregan en un ambiente de afecto mutuo, acentuado por los hermosos cánticos llenos de sentimiento. Al respecto, Ho Van Tien, investigador de la cultura de la etnia Pako dijo: “La escena del diálogo cantado entre las dos familias en la boda se ha convertido en algo sagrado e inmutable en nuestra comunidad. Sus letras son sencillas, pero que tienen cierto significado. Ambas partes manifiestan a través de las melodías lo que se sienten y a veces presumen del talento de su hijo o hija”.
Es fácil captar en aquellos cánticos tradicionales el deseo de que la pareja viva feliz hasta que la muerte los separe. Las sesiones de intercambio con canciones en las bodas constituyen un rasgo cultural particular de estas gentes. Además, demuestran el conocimiento y el prestigio de sus linajes, motivo de su orgullo por las tradiciones ancestrales de su pueblo.