Los ritos tradicionales de la etnia Brau

(VOVworld) - En Tay Nguyen (la Meseta Occidental), tierra con una fuerte identidad local, la etnia Brau se distingue por los peculiares rasgos culturales, entre ellos, los ritos tradicionales.

Según el animismo, los Brau creen en un mundo tangible en el cual todos los fenómenos y las cosas tienen dentro de sí un genio. Para la existencia y el desarrollo, los seres humanos necesitan construir una comunidad en el aspecto de las fuerzas supernaturales mediante las deidades. Por eso sus ceremonias tienen siempre carácter religioso. Además, con costumbres como la de quemar árboles y plantas salvajes para cultivar la cosecha, sus trabajos dependen principalmente de la naturaleza, con lo cual realizan ritos de culto al Dios de Agricultura. Dang Hung, funcionario de la Comisión para los asuntos de las nacionalidades de la provincia altiplana de Kon Tum informó: “Los Brau realizan cada año 4 ritos principales, entre ellos, los de entrada de la temporada,  la liberación de los árboles y plantas salvajes para cultivar la cosecha, el arrojamiento de semillas de arroz y la celebración de la cosecha arrocera. En los festivos, los aldeanos aportan alcohol, arroz y alimentos y organizan ritos con gongs y batintines mientras el patriarca reza a las deidades según la tradición étnica”.


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El patriarca hace procedimientos religiosos para sacrificar el búfalo


Además de los ritos relacionados con los ciclos de producción agrícola, la inauguración de una nueva actividad se reviste de un significado de suma importancia. Antes de celebrar la ceremonia, las familias aportan objetos de veneración de sus propios recursos y sacrifican animales como búfalos, vacas, cerdos o gallos para rendir culto a los genios. Normalmente, los pobladores levantan un árbol de veneración Sooc Rooc de unos o dos metros de altura. El extremo superior del árbol está partido y tejido para crear una cesta boca arriba destinada a contener arroz, hígado de cerdo, huevos, plumas, aletas y patas de pollo... todo ello con fines de culto. Además, los lugareños eligen un búfalo fuerte para alimentarlo, bañarlo, amarrarlo al poste “Gung” de 5 metros de altura con decoraciones llamativas y realizar una ceremonia de sacrificio.   

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La resonancia de gongs y batintines estimula el ambiente festivo


Cuando resuenan los gongs y batintines, el patriarca reza las oraciones rituales para invitar a los genios a participar de la ceremonia y bendecir a los aldeanos. En la resonancia de los instrumentos y la trituración de arroz, el anciano embadurna con la sangre del animal sacrificado las nuevas viviendas, la casa comunal (nha Rong), los batintines o Chieng Tha, las tinajas de alcohol y las cestas de semillas, considerado como una manera de contacto con las deidades. A finales de marzo y principios de abril todos los años, cuando comienzan las lluvias veraniegas, los pobladores inician sus preparativos para la ceremonia de esparcimiento de semillas con el fin de pedir por una cosecha abundante de arroz. Thao, la, patriarca de la aldea Dak Me, comuna de Bo Y, distrito de Ngoc Hoi, provincia de Kon Tum, compartió: “Cada vez que los Brau entran en sus nuevas viviendas y casas comunales, realizan una ceremonia de sacrificio del búfalo para rezar por los terrenos, las tierras cultivables y el agua potable para la prosperidad aldeana”.

Similar a los ritos de otras etnias, las ceremonias religiosas de los Brau incluyen dos partes: la ceremonia y la fiesta. Al cierre de la ceremonia solemne, comienza una fiesta estimulante. En los ritmos de tambores, gongs, batintines y flautas de calabaza, los participantes dejan su alma en las melodías y las danzas favoritas que presentan. Los chicos empuñan una jabalina y bailan enérgicamente en paralelo con los ritmos fuertes de la música, mientras que las chicas, vestidas con atuendo tradicional, estrechan sus manos para formar un círculo y se mueven con danzas encantadoras. Todo el mundo disfruta del ambiente festivo durante toda la noche. Cada vez que vienen las celebraciones, los aldeanos y visitantes gozan de un clima cálido nada más que para levantar la voz de los gongs y batintines. Es este un rasgo humanitario de los ritos de la etnia Brau.

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