(VOVWORLD) - En el mes de abril, en plena estación seca, la comunidad minoritaria Ede en la aldea Ky, en la ciudad de Buon Ma Thuot, provincia altiplánica de Dak Lak, celebró en un ambiente de alegría su ancestral ritual de la lluvia. Para este grupo étnico, esta ceremonia, restaurada gracias al apoyo de la administración local y la voluntad de todos los aldeanos, reviste un significado espiritual importante, a fin de invocar a Yang (Dios) para pedir buen tiempo, abundantes cosechas y una vida próspera.
El rito de sembrar semillas en el marco de la ceremonia de la lluvia. (Foto: VOV) |
Desde tempranas horas de la mañana, en el terreno delante de la Casa Comunitaria de la aldea Ky, perteneciente al barrio de Thanh Nhat, en la ciudad de Buon Ma Thuot, se concentraban muchas personas ansiosas de asistir al ritual de la lluvia. Mientras los muchachos ayudaban a los artesanos a arreglar los juegos de gongs y batintines, así como a reorganizar las mesas y sillas, las chicas, hermosamente vistas de trajes tradicionales, esperaban sumarse a la ceremonia.
Bajo las sombras de un árbol secular, se instalaron dos barracas llamadas Puk, que contenían herramientas para los ritos. Cada Puk tiene dos pisos, el segundo para la veneración al cielo madre y el cielo padre, mientras que el primer piso es un almacén de arroz, que simboliza la riqueza y la prosperidad. Ante las barracas se encontraba Yang Lie (la deidad de la Maldad), quien, según la creencia popular, incita a animales y aves a entrar en los sembradíos y a perjudicar los cultivos, y empuja a los pobladores locales a la pobreza. Al lado se pusieron ofrendas a Yang como aguardiente, pollos y utensilios, así como figuritas hechas de madera como elefantes, tigres y erizos…
Cuando resonaban los sonidos de los gongs y batintines, el chamán dio inicio a la ceremonia que se efectuó delante de las barracas Puk, con oraciones a los genios del cielo, de la tierra y de la lluvia, pidiéndoles agua para los cultivos, almacenes llenos de arroz, felicidad para todas las familias de la aldea y una vida segura, libre de animales salvajes y de las maldades. Tras depositar ofrendas, el hechicero emprendió el ritual de cultivo en un terreno que representa las parcelas. Mientras caminaba, creó dos filas de huecos en la tierra con dos palos puntiagudos que sostenía en ambas manos. Lo siguieron las mujeres que sembraron semillas de arroz en esos huecos. H’By La Byă, oriunda del poblado Ky, compartió: “Esta es la primera vez que participo en una ceremonia para orar por la lluvia. No sé mucho los pasos, pero me siento muy feliz de sumarme a esta actividad. El ritual de la lluvia de los Ede tiene características muy propias”.
El ruou can, un aguardiente casero, que se toma con cañas de bambú, no puede faltar en las celebraciones y los rituales de los Ede. (Foto: VOV) |
Acto seguido, el hechicero mojó el suelo y los utensilios de trabajo con un tazón de agua mezclado con sangre de cerdo, y luego, con una copa de ron en la mano, invitó a las deidades y los espíritus a beber. También roció aguardiente de modo simbólico en cuévanos de arroz, trampas para animales y látigos para espantar a los pájaros en los sembrados. Al cierre de la ceremonia, todos los aldeanos participantes gritaron y aplaudieron para manifestar su apoyo y determinación para comenzar los nuevos cultivos exitosos.
Asistir a esta ceremonia tradicional le evocó muchos recuerdos a la aldeana H’Luech Hdok, de 65 años.
“El ritual me dio mucha emoción. Cuando era pequeña solía participar en esta ceremonia. Creo que es muy bueno volver a celebrar esta ceremonia todos los años antes de cada cultivo. Eso tiene mucho sentido para nuestro pueblo”, expresó H’Luech.
De acuerdo con el patriarca Y Bang Byă, jefe de la aldea Ky, la ceremonia de la lluvia de los Ede experimentaba una merma a medida que se desarrollaban la urbanización y la conversión de las parcelas en plantaciones de café y pimienta, hasta que el Estado y el sector de la cultura local decidieron restaurarla entre las celebraciones tradicionales.
“Es difícil preservar las costumbres de los pueblos originarios como el grupo Ede en la aldea Ky. Pero, las autoridades del barrio de Thanh Nhat nos dieron apoyo financiero para que podamos restaurar la ceremonia de la lluvia”, reveló el partriarca.
Tras culminar los ritos de hacer huecos, sembrar semillas y regar, todos los aldeanos y visitantes tomaron aguardiente, disfrutaron de ofrendas y bailaron juntos al compás de los gongs. La ceremonia recuerda a las actuales generaciones de la etnia Ede las hermosas tradiciones culturales legadas por sus antepasados.