(VOVworld) – El culto a las Diosas Madres de los Tres Reinos, quienes eran consideradas la encarnación de las santas de los bosques, cielos y aguas, se remonta al siglo XVI en Vietnam. Junto a otros 10 patrimonios culturales inmateriales reconocidos por la Unesco, esta práctica clasificada por la misma organización el pasado 11 de diciembre en esta categoría, despierta el gran orgullo del pueblo vietnamita hacia su cultura tradicional, y además reafirma la vitalidad y los valores duraderos de la referida creencia ancestral.
Estatuas de las Diosas Madres de los Tres Reinos, consideradas la encarnación de las santas de los bosques, cielos y aguas
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La ceremonia en homenaje a las Diosas Madres es una combinación entre actos espirituales, música y danza, con el canto Chau Van. Los sonidos animados y la pericia de los participantes en una sesión de culto dan un toque muy entusiasta al sagrado ritual. Según el profesor Ngo Duc Thinh, experto de primer rango en esta creencia popular, el trance envolvente de la música en esta ceremonia representa un encuentro entre los seres divinos y los humanos, con los chamanes como mediadores. Por eso, no se trata solamente de un simple rito, sino además una práctica cultural de alto valor. “En marzo y agosto del calendario lunar, se realizan rituales de chamanismo vinculados con el culto de las Diosas Madres que se encarnan en los actores principales del procedimiento. Estos, al entrar en trance en medio de la música ceremonial y danzas populares, son capaces de intercambiar con las almas de los muertos. Cada protocolo consta de 36 sesiones y de tantas encarnaciones. El trance facilita la transmisión de los mensajes del otro mundo a los humanos presentes y también les permite enviar sus peticiones a los ya convertidos en espíritus”.
Muchos vietnamitas recurren al amparo de las Diosas Madres, a través de los actos espirituales protagonizados por chamanes, para implorarles salud, suerte y prosperidad
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Según documentos investigativos, las Diosas adoradas incluyen la que reina los cielos (Madre Lieu Hanh) y las de los bosques y las aguas, asociadas también con figuras históricas o legendarias que tienen grandes méritos en la construcción y defensa nacional. La práctica de este culto es una mezcla entre la creencia nativa y doctrinas de algunas religiones extranjeras, tales como el budismo y el taoismo. No solamente tiene origen en el pueblo Kinh, o Viet, la comunidad aborigen mayoritaria, sino además en grupos étnicos minoritarios en Vietnam, como los Muong, Tay, Nung y Dao, lo que evidencia el intercambio cultural y las relaciones estrechas y equitativas entre las etnias de este territorio asiático. El experto profesor Ngo Duc Thinh dio a conocer: “La llanura del Norte, que abarca un vasto espacio de las provincias de Nam Dinh, Ninh Binh y Thanh Hoa, es la cuna de la veneración a las Diosas Madres. La primera de estas, Madre Lieu Hanh, descendió a la tierra de esas localidades en tres ocasiones y los santuarios que se levantaron en su memoria se llaman “phủ”. Los grandes templos suelen vincularse con la Madre de los cielos, como los de Day y Lap en Nam Dinh. Mientras, el de Tay Ho es donde se reunió con escritores y poetas”.
El culto tiene origen de la comunidad aborigen mayoritaria Kinh y de grupos étnicos minoritarios
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El señor Nguyen Van Tien suele tomar parte en esos actos espirituales. Estimó que esta creencia popular satisface la demanda y la aspiración del pueblo de tener buena salud y suerte en la vida cotidiana, lo cual muestra su lado humanitario y progresivo. “Las Diosas Madres de los tres Reinos guían a la gente a llevar una vida decente y recordar siempre sus raíces con gratitud a los antepasados. La práctica también es el culto a los héroes nacionales, quienes vivieron y murieron entregados a la Patria y al pueblo. A estas deidades protectoras, se les implora su amparo y bendiciones para una vida tranquila, saludable, próspera y feliz”.
Por su parte, Nguyen Tien Dung enfatizó, refiriéndose a otra faceta de esta ceremonia diciendo: “Se pueden apreciar en los actos de trance en veneración de las Diosas Madres numerosos valores artísticos, ya que están combinados con el canto, la danza, artes marciales, escultura, gastronomía y la indumentaria, entre otros géneros. Por eso, podemos decir que esta creencia es un sostén espiritual muy arraigado en la vida del pueblo vietnamita”.
El culto a las Diosas Madres de los tres Reinos resalta por sus valores históricos e impactos muy marcados en la cultura tradicional de los que viven en esta sinuosa tierra. Mediante esta creencia, se ponen de manifiesto sus visiones y puntos de vista sobre la historia, la herencia cultural, el papel de los sexos y la identidad étnica. Su práctica responde a las demandas espirituales y culturales básicas de generaciones de vietnamitas.