Feria rural en seno de ciudad

(VOVworld) - Cho Hang es el único mercado que se abre en días fijados en Hai Phong y lleva características de una feria campestre en el interior de esta ciudad. Este no solo es un lugar de compraventa, sino un sitio donde se realizan actividades comunitarias. Numerosas personas concurren a esta plaza, simplemente para contemplar posturas de plantas y animales. Para los que están lejos de su tierra natal, esta feria les despierta evocaciones de un mercado tradicional vinculado con su infancia. Para los extranjeros, la asistencia a este concurrido sitio les ayuda a conocer algo interesante de la cultura vietnamita.

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Pese a ser reconstruido, Cho Hang aún preseva rasgos
 tradicionales de una feria campestre

 Este lugar de comercio apareció a principios del siglo XX y a través de cerca de cien años, venciendo numerosas vicisitudes históricas aún mantiene las actividades propias de una feria rural en la moderna ciudad de Hai Phong. Anteriormente el mercado se celebraba en un campo abierto en el barrio de Du Hang Kenh, distrito de Le Chan. Hoy día, debido a la demanda del desarrollo se amplía a calles cercanas. Según la tradición el mercado se abría los 5, l0 y l5 de cada mes lunar. Ahora, se efectúa también los domingos. Lo original de esta feria en comparación con las de otras zonas consiste en que casi todos los vendedores no son comerciantes profesionales. Por ejemplo, una persona que no quiere criar perros o gatos, el domingo por la mañana, los lleva al mercado para venderlos. Si no puede realizar la venta, volverá a hacerlo en la siguiente jornada. La gente concurre al mercado principalmente para visitarlo y la compraventa pasa a segundo plano. Con su carácter particular, a diferencia del ritmo acelerado de la vida moderna en la feria los visitantes andan sin prisa para observar y escoger productos. Tras dar una vuelta por la plaza, los viajeros pueden ver la lidia de gallos estimulada por fervorosos hinchas. Para muchas personas el mercado es un sitio de encuentro e intercambio. Nguyen Thi Nga, vendedora de plantas ornamentales dijo: “Mi familia vende bonsáis en esta feria y cada vez que llegamos aquí nos alegra encontrarnos con amigos y cada día el ambiente del mercado se torna diferente. No solo vendemos plantas ornamentales, siempre nuevas bellas”.

 Según la tradición se venden también aperos de labor poco vistos ahora en las ciudades como cestas de bambú, redes de captura de camarón o matamoscas muy conocidos por quienes han vivido más, pero raros para los jóvenes. Quizás a causa de estos utensilios el mercado parezca también un atractivo museo que guarda huellas culturales campestres. Nguyen Huu Kha, cliente de la provincia de Hai Duong expuso: “A mí me gusta esta plaza porque encuentro el alma nacional. Aquí se ofertan todos los artículos artesanales simples. Vivo también en área rural, pero en el mercado distrital no pude conseguir nasas y cubas de bambú. Ahora, con estos recipientes mi trabajo en el campo será más aliviado.”

 En la feria rural de Hai Phong cada producto se vende en una zona particular ya sean flores, peces ornamentales y pájaros, dentro de una gama de ofertas. Sin embargo, el área que llama más la atención de los concurrentes es la de pie de crías de animales de corral como cerdos, perros, gatos y aves.

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El mercado de Cho Hang siempre es animado con muchas actividades
comerciales y su amplia gama de mercaderías 


El piar de los pequeños, los gatos de tres colores y variedades de caninos que allí se exhiben conforman un atractivo cuadro para los visitantes extranjeros a quienes encantan tomar fotos para el recuerdo. Nguyen Quang Tien, excursionista de Hanoi dijo que el mercado campestre oferta lo que no se encuentra en otros lugares. “Llego aquí para comprar plantas, gallinas y otras aves. También puedo conseguir los gallos de Dong Tao cuya carne es muy apreciada”.

 En la zona de artículos variados, los clientes pueden toparse con viejos objetos a precios baratos como bombilla de lámpara de petróleo, mecha, hilo, aguja y también artículos de uso moderno como teléfonos celulares, aparatos de audio, ordenadores, perforadoras y bomba de agua entre otros. A veces los precios no son importantes, ya que todas las compraventas tienen más bien un sentido cultural propio del mundo rural.

 En medio de la bulliciosa vida citadina, una feria tradicional como la de Hai Phong resulta muy singular. No solo se concurre para adquirir e intercambiar productos, sino para establecer una conexión entre el presente y el pasado. Quizás por ello cada día hay más personas que asisten al mercado rural como un destino cultural comunitario.

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