(VOVworld) - En la vida moderna, los mercados tradicionales aún mantienen su posición, junto al creciente aumento del número de supermercados y centros comerciales en Vietnam, especialmente en las grandes ciudades. Desde hace 4 años, en Hanoi, se ha establecido una feria especial que atrae la atención y curiosidad de muchas personas. Se trata de “la feria para el fin de semana de Tay Ho” donde se recupera el ambiente divertido de los mercados tradicionales vietnamitas, ofertando un sitio donde los extranjeros residentes en Hanoi pueden reunirse y de esta forma, cumple su objetivo de acercar la cultura extranjera a los vietnamitas.

A las 9 horas del sábado, la casa ubicada en un pequeño callejón de To Ngoc Van, Hanoi es diferente de lo habitual, debido a la llegada de visitantes a la Feria de Tay Ho que se celebra únicamente cada fin de semana. En un ambiente divertido y amigable, los visitantes se sienten muy cómodos al escuchar las canciones melodiosas entremezcladas con las voces de la gente.

 -“De qué país es este jarrón de vidrio?

-De Vietnam. Cuánto cuesta?

 -25 mil dong. Es muy barato!

“Estos objetos de vidrio son hechos en Vietnam, es seguro porque no contiene plomo... ", explicó la vendedora.

Visitando por primera vez el mercado mediante la introducción de un amigo, Nguyen Mai Phuong, residente en el distrito de Cau Giay, Hanoi, expresó su alegría por haber comprado un florero de cristal tan hermoso como barato. Al lado de la caseta que vende objetos de vidrio, se encuentra la que expone los coloridos productos textiles para la cocina, como delantales, agarraderas y manoplas elaborados por las manos hábiles de mujeres vietnamitas. Además de manualidades, artesanía, billeteras y ropas hechas a mano, los consumidores pueden buscar aquí alimentos limpios como verduras, pollo, huevos, pan, vino, té y miel. Todos se exhiben en veinte mesas rectangulares, cubiertas con paños blancos, y colocadas en un patio de 40 metros cuadrados.

Desde la puerta, se puede oler también el aroma tentador de pasteles elaborados por el francés, Gérald Gestel. Él también dueño de tres reposterías francesas en Vietnam es llamado cariñosamente como "alma" del mercado por su actitud amigable con el cliente.“Estoy vendiendo en este sitio desde hace 3 años gracias a la introducción de algunos amigos. Nos gustaría mostrar los rasgos culturales occidentales a los vietnamitas, a través de la venta de pastelerías francesas procesadas por mí. Además, la feria también vende una variedad de otros artículos, tales como verduras frescas, productos de artesanías y ropas hechas a mano, diseñadas y confeccionadas por estudiantes vietnamitas".

El mercado fue establecido con el propósito inicial de conectar a la comunidad de los extranjeros residentes en Hanói, por lo que los asistentes llegan aquí con un buen estado de ánimo. Claire Fisher, una estadounidense que reside en la región del Lago del Oeste, nos compartió que suele acudir a la feria cada fin de semana para la venta y además para reunirse con sus compatriotas. “He venido aquí con mi hija muchas veces y me gustó mucho. Hay gran variedad de cosas interesantes en este espacio, donde puedo encontrar a mis amigos cada fin de semana. Esto se ha convertido en una parte familiar de mi vida”, expresó. 

A diferencia del inicio, la feria de Tay Ho ahora no sólo es conocida por los habitantes que viven alrededor de la zona del Lago del Oeste, sino por muchos extranjeros y los hanoyenses interesados en alimentos frescos. Los vendedores en esta feria representan más de la mitad de los jóvenes vietnamitas. Sin embargo, hay una cosa que no cambia, la calidad de los productos para la venta. Según Trinh Hai Ha, gestora del mercado, el precio y el origen de los artículos a la venta están claramente marcados. Especialmente los productos como alimentos y verduras también han sido certificados como seguros para la salud humana, sin contener sustancias nocivas, destacó Ha, diciendo:“Aplicamos la trazabilidad para todos los productos vendidos. Pedimos a los vendedores cumplir sus compromisos de ofrecer productos registrados. No invertimos mucho en la promoción de la imagen. La red de visitantes se ha aumentado por la introducción de una persona a la otra. La venta aquí se destina al intercambio cultural, sin importar los ingresos.”

Acercándose al mediodía, cuando los clientes salen de la feria, también es el momento en que los vendedores comienzan a limpiar en su área expositiva. No aparece ninguna tristeza en sus rostros, aunque hoy hay menos visitantes que de costumbre. En sesión del mercado, los interesados pueden buscar productos únicos y charlar entre todos, creando una combinación peculiar entre la cultura oriental y occidental.