(VOVworld) – Un pequeño pueblo situado al noreste de la provincia meridional de Kien Giang y el último terreno vietnamita lindante con el golfo de Tailandia. Nos referimos a Ha Tien, ese flanco de tierra estrecho, que consta de una costa de 22 kilómetros de largo y una topografía completa, con llanuras, radas, charcos, montañas, grutas e islas. Todo hace de ella un paraje fabuloso y cautivador.
Hasta mediados del siglo XVII, Ha Tien seguía siendo una tierra inexplorada y desierta. Pero solo unas décadas después se convirtió en un puerto comercial muy concurrido. En 1714, cuando Mac Kinh Cuu, quien tuvo el mérito de roturar este territorio lo entregó al Estado feudal, los señores Nguyen lo nombraron Ha Tien, que abarcaba toda la provincia de Kien Giang y algunas áreas adyacentes. Con respecto a esta denominación, el investigador de la historia local, Truong Minh Dat dio a conocer: “Ha Tien, escrito en ideogramas chinos, está combinado por dos letras: Ha que significa río y Tien, que indica a los seres divinos, en este caso las hadas. El nombre completo de esta tierra puede entenderse como el río en el que se bañan hadas en las noches de luna llena”.
Una belleza natural de Ha Tien
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En realidad la belleza de Ha Tien cabe muy bien en esta metáfora. Desde hace tiempo sus 10 sitios pintorescos han entrado en la literatura nacional. Podemos mencionar primeramente la ciénaga Dong Ho, un lugar abundado por palmas acuáticas (Nypa fruticans), y sorprendentemente aislado de la vida urbana moderna. Mientras, Mui Nai, a solo 5 kilómetros del centro de Ha Tien, cuenta con dos playas de agua cristalina: Bai Truoc y Bai Sau. Son costas limpias, de poco pendiente y suaves olas, especialmente su arena de color marrón contiene abundantes minerales. Muchos vienen para experimentar beneficiosos baños de arena en estas playas porque además de sus increíbles poderes curativos para ciertos problemas de salud, les brindan una piel bronceada y hermosa.
No muy lejos de Mui Nai, los turistas pueden descubrir las otras bellezas paisajísticas como Thach Dong, Hon Chong y Chua Hang. Thach Dong, un especial monte-caverna de 90 metros sobre el nivel del mar, abriga en su seno la pagoda de madera de Tien Son, construida en 1790. Desde una posición elevada de esta montaña, uno puede contemplar todo el pueblo de Ha Tien, cuya preciosidad inspiró a Mac Thien Tu (1718-1780) un poema en el cual se sintetizan todos los valores estéticos y humanitarios de los paisajes más fabulosos del lugar.
La parte delantera de la pagoda Tien Son en el monte-cueva Thach Dong
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El ambiente apacible es la sensación común de los turistas que se encuentran en Ha Tien. Aunque es considerado uno de los lugares de encuentro e intercambio de las poblaciones sureñas con muchas atracciones turísticas, los lugareños mantienen un ritmo de vida lento y tranquilo. Dao Thi Nuong, quien disfruta mucho del entorno puro y sereno de Ha Tien expresó lo siguiente: “Ahora se promociona en Ha Tien el turismo espiritual también. Esta tierra forma junto al distrito isleño de Phu Quoc y Camboya una línea de viaje marítimo y de descubrimiento para que los turistas puedan experimentar los rasgos muy particulares de Ha Tien con respecto a otras nueve provincias del delta del río Mekong”.
El turismo se ha desarrollado y la afluencia de visitantes aumenta cada vez más, pero en el centro de Ha Tien se ven muy pocos edificios, y no se escuchan muchos cláxones de automóviles o bulliciosas actividades comerciales. Al contrario, este pueblo mantiene su aspecto tranquilo y los estupendos paisajes que le ofrece la madre naturaleza. Los excursionistas no solo tienen la oportunidad de disfrutar las bellezas naturales de Ha Tien, sino además su rico acervo cultural muy característico del sur, así como las sonrisas simpáticas de los habitantes locales.