(VOVworld) - Con solo 300 objetos, quizás el Museo de cerámica de Kim Lan, en el distrito de Gia Lam, Hanoi, sea uno de los más modestos en Vietnam. Sin embargo, este primer museo arqueológico comunitario del país proporciona valiosa información sobre la historia de la loza vietnamita y expresa los sentimientos de los habitantes locales hacia el arqueólogo japonés Nisimura Manasaki quien aportó a la edificación de la galería.

  Al hablar de las antiguas aldeas de porcelana en Hanoi, generalmente se piensa en el famoso villorrio Bat Trang en la ribera del Río Rojo y pocas personas saben que  existe otro también de renombre no lejos de este lugar que es el de Kim Lan. Después de las inundaciones y el desplome de la ribera del río los lugareños encontraron numerosos fragmentos cerámicos antiguos, incluso objetos casi intactos y vasijas llenas de monedas antiguas y los investigadores de cultura dirigieron una mirada más profunda sobre la historia del poblado cerámico. Junto con ello los aldeanos han recopilado objetos antiguos para indagar acerca de la técnica de los anteriores alfareros. Posteriormente con la cooperación investigadora de científicos extranjeros, los objetos recolectados contribuyeron a reafirmar que Kim Lan era una de las cunas de la porcelana antigua que suministraba principalmente productos  a la capital real de Thang Long. Nguyen Van Nhung, veterano artesano de Kim Lan, una de las personas que aportaron objetos al museo, contó: “Nuestra familia vive en la orilla del Río Rojo. Antes no se perforaban pozos y los  aldeanos empleaban el agua de río. Anualmente el agua sube  y baja. Cuando se produjo el desplome de la ribera los lugareños descubrieron fragmentos y objetos de loza intactos. Como ceramista los recogí y comprendí su valor”.

El artesano Nguyen Van Nhung es uno de los 6 fundadores del museo 

 A través de las excavaciones realizadas durante numerosos años los arqueólogos encontraron miles de objetos elaborados del siglo 7 al l7 que incluían artículos más completos y considerables pertenecientes a la época Tran de posible reproducción. La idea de construir el museo de cerámica antigua de Kim Lan partió de esas colecciones preciadas. Por último, esta obra ejecutada por el grupo “Retorno al origen” de los ancianos del poblado Kim Lan y el doctor japonés Nishimura entró en función  oficial desde marzo de 20l3.

 El Museo de cerámica antigua está cerca del Comité Popular de la comarca de Kim Lan y se abre los sábados y domingos. La galería tiene 200 metros cuadrados de extensión con un techo parecido a un horno cerámico local. Unos 300 objetos principalmente de loza e instrumentos del oficio artesanal demuestran el pasado espléndido de un villorrio profesional y la porcelana vietnamita en general. Entre las muestras destacan las esmaltadas desde la época Ly hasta la época Le con los barnices añil, perlado, pardo y azul característicos. Estos objetos y la presentación por los instructores locales formados por el doctor Nishimura, demuestran que Kim Lan era un antiguo centro de la alfarería   y el oficio artesanal que se desarrolló fuertemente desde los siglos l3 y l4.

  Con su éxito inicial, el Museo de loza antigua de Kim Lan fue reconocido por su alto valor científico y artístico, su vinculación con la vida y el amor a Hanoi en la ceremonia de entrega del premio Bui Xuan Phai efectuada el 29 de agosto de 20l3. Este reconocimiento no solo constituye un honor para  los habitantes de Kim Lan, sino que abrió una nueva tendencia de desarrollo para la aldea de oficio. Tran Duc Tri, vicepresidente de la comuna homónima, apuntó: “Desarrollamos el turismo ligado con la profesión tradicional para que el pueblo pueda acceder a este museo. Queremos construir un área de exhibición de productos aldeanos y otra de enseñana de oficio a la joven generación. Por ello esta galería es un orgullo y un  patrimonio de valor en el fomento cultural y socio- económico”.

 Vietnam cuenta con l20 museos provinciales, municipales y especializados, y uno de nivel comunal de Kim Lan. Por lo tanto, esta primera galería de comarca en el país reviste un importante significado, preserva huellas de los antepasados y enaltece el orgullo de un villorrio profesional con productos preciados de loza legados por los ancestros.