(VOVworld) - Llegar a Ha Long es llegar a una famosa maravilla natural mundial. Aquí los visitantes no solo pueden disfrutar de sus paisajes naturales pintorescos y el aire sano, sino participar en un viaje especial. A participar en una jornada de trabajo de los pescadores para descubrir lo interesante del mar.
El yate que transporta a los turistas hacia el golfo de Bai Tu Long, partió pronto en la mañana desde el puerto turístico de Bai Chay, y pasó por numerosos islotes multiformes reflejados en el agua transparente. Los lugareños los llaman según su forma, por eso tienen nombres como los Islotes de la Tetera, la Cara, el Diablo y la Bola de Arroz, entre otros. Los participantes de este paseo llegan desde distintas partes con el deseo de indagar sobre la vida de los pescadores. Todos se encuentran muy impacientes al escuchar a la señora Do Thi Thu Hien, directora de la compañía Datmo Travel, que organiza el tour
“Ser pescador por un día”, quien dijo: “Se trata de un trayecto experimental con la comunidad. Cuando participan en este tour, los excursionistas no solo descubren la belleza de la rada de Ha Long, además conviven con los pescadores, capturan productos marinos, montan en botes de bambú y realizan actividades en casas balsas”.
Un grupo de turistas entusiasmados con el programa
“Ser pescador por un día” en Ha Long
Tras 4 horas de recorrido, los vacacionistas bajan a las balsas de la aldea pesquera Vung Vieng. A unos 24 kilómetros de tierra firme, este poblado se encuentra en un lugar tranquilo de paisaje poético. Más de l60 habitantes locales aún practican actividades tradicionales de la comunidad pesquera de la rada de Ha Long. Esta también es la razón de por qué la villa se ha convertido en un producto turístico explotado por numerosas agencias de viajes. La señora Dinh Minh Hang que administra la aldea informó: “Nos coordinamos con las compañías turísticas para ayudar a los pescadores a desarrollar la economía y el turismo, beneficiándose del patrimonio. Y a través de esto los autóctonos son conscientes de la protección de los recursos naturales y la herencia natural mundial”.
Los excursionistas se dividen en grupos pequeños y bajan de nuevo a los botes con chalecos salvavidas. Los pescadores los llevan a las zonas de abundancia de peces para que puedan pescar. Ante todo, les enseñan a lanzar las redes de manera que no se tuerzan. Después se da una vuelta más en bote y el trabajo siguiente consiste en que los visitantes del bote atraigan a los pesces con sus redes.
Exprimentan la alegría de los pescadores por una buena captura
Al mediodía cuando todos sienten cansancio, los pescadores realizan señales para que los visitantes saquen las redes y recojan lo que han pescado. Sin duda un trabajo interesante para todos, ya que las redes suelen quedar repletas de mariscos, que bajo el sol marino se vuelven transparentes. Los pescadores también les enseñan la forma de sacar los pescados de manera que las redes no se rompan. Tran Minh Ha, participante en este paseo de práctica, asegura con alegría : “Capturamos muchos pescados. Sin embargo, comprendemos que para los pescadores, la captura no es un trabajo fácil, ya que sus faenas no son siempre favorables.”
El almuerzo se prepara con productos que se capturan. Las pescadoras del poblado Vung Vieng procesan comidas simples en un inmenso espacio entre el cielo y el mar, proporcionando a los turistas impresiones difíciles de describir. En el regreso a tierra firme todos tienen la misma sensación: la alegría se mezcla con la pena. Una jornada laboral en el mar trajo a los vacacionistas muchas experiencias extraordinarias, ayudándoles a comprender mejor la vida de los pescadores en la bahía de Ha Long.