(VOVWORLD) - Ha Nam es una isla anexa a la provincia norteña de Quang Ninh. Se encuentra en la desembocadura del río Bach Dang y anualmente allí se organiza, del 5 al 7 del primer mes del año nuevo lunar, un festival en honor a las 17 personas que tuvieron el mérito de crear este lugar.
Esta fiesta, catalogada como patrimonio cultural inmaterial de la nación, es una tradición local que se remonta al siglo XVII. Está ligada a la historia de la isla y es parte de la identidad cultural de los indígenas, dice Pham Van Mich, quien desde hace 30 años ha custodiado el templo dedicado a los 17 fundadores de la aldea, a quienes los lugareños llaman “Tien Cong”. Él nos dijo: “En 1434, después de derrotar a los 800 mil agresores Ming y acceder al trono, Le Loi decidió migrar parte de la población a áreas aisladas para limpiarlas. Por eso 17 personas, los que llamamos ‘Tien Cong’, abandonaron la capital, Thang Long. Su barco siguió el río Chanh en busca de nuevas tierras para asentarse. Se detuvieron aquí cuando escucharon ranas, cuya presencia garantiza que allí había agua fresca. Fue así como estos 17 ancestros decidieron fundar una aldea aquí”.
La procesión de la fiesta de Tien Cong tiene varios cientos de metros de largo. (Foto: VOV)
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Es por eso que la población de los siete municipios de la isla Ha Nam celebran una fiesta dedicada a ellos, en homenaje a sus méritos. Las ceremonias tienen lugar en el templo de Tien Cong, en la comuna de Cam La, pero también en las casas de culto familiar clasificadas como “reliquias nacionales”.
Particularmente en esta ocasión se organiza otra festividad. Los mayores de 80, 90 o 100 años de Ha Nam son transportados en hamacas durante una gran procesión hacia el templo de Tien Cong. La procesión puede tener varios cientos de metros de largo, dijo Nguyen Quang Du, de 85 años, quien encabeza el Comité Organizador del festival del poblado de Yen Dong.
“Nos consultamos entre los aldeanos y decidimos organizar una ceremonia para honrar a todas las personas de avanzada edad que hayan cumplido los 80 años, con el fin de preservar la tradición y la igualdad entre las familias, sean ricas o pobres. Este es el año 21 que organizamos este festival y 398 mayores ya fueron objeto de una procesión hasta el templo de Tien Cong. Colocamos un número impar de ofrendas allí, que incluyen una cabeza de cerdo, arroz glutinoso, nueces de areca, hojas de betel, frutas, y también alcohol”
Este año hubo un total de 198 ancianos de 80 y 90 años y otros cuatro centenarios que tuvieron el honor de presentar sus ofrendas a la fiesta. Cada uno de ellos fue llevado en una hamaca por sus descendientes, al son de orquestas pentatónicas. Las pequeñas procesiones forman una gran procesión y crean una atmósfera excitante, pero solemne. Vu Thi Thuy, de 80 años, expresó su emoción. “Estoy tan feliz de que mis hijos y nietos hayan organizado esta procesión para mí. Me siento conmovida. Con la bendición del festival, me gustaría tener la oportunidad de beneficiarme de una o dos procesiones adicionales”.
De hecho, la fiesta de Tien Cong se considera como la de los linajes familiares de la isla de Ha Nam. Ngo Dinh Dung, vicejefe encargado de cultura y comunicación del distrito de Quang Yen, evaluó: “Es gracias a estas familias que la fiesta de Tien Cong sobrevivirá con el tiempo. Estén donde estén, en el país o en el extranjero, los habitantes locales nunca olvidan las fechas importantes de su tierra de origen, a saber, el día 2 de diciembre del calendario lunar, que es el día en que comienzan los preparativos para la fiesta en honor de los mayores; el cuarto día del mismo mes, que es el día de la fiesta familiar, y finalmente la fiesta del Tien Cong, que tiene lugar del 5º al 7º día del primer mes lunar. La población se ha apropiado de estas fiestas y son ellos quienes garantizan su eternidad”.
A la llegada de la primavera, Ha Nam está marcada por la música pentatónica y las banderas de los cinco colores budistas. Esta es una oportunidad para que los aldeanos celebren a los 17 ancestros que fundaron su aldea, y también para que los niños expresen su gratitud a sus padres, mientras los jóvenes enriquezcan sus almas con los valores tradicionales de su tierra natal.