(VOVWORLD) - Situado a 300 kilómetros al norte de Hanói, en la provincia septentrional de Cao Bang, la aldea de Phuc Sen, del distrito de Quang Hoa, se encuentra a lo largo de una carretera que conduce a Ban Gioc, la cascada más famosa de Vietnam. Phuc Sen es famosa por sus excelentes forjadores. En el sitio, enclavado al pie de una montaña, 150 fraguas funcionan a pleno rendimiento todos los días, produciendo herramientas agrícolas cuya belleza solo se compara con su solidez.
Según la creencia popular, el fundador de la herrería en Phuc Sen fue un genio que, entristecido por la pobreza de los Nung An, enseñó a los autóctonos a forjar herramientas agrícolas para ganarse la vida mejor.
Un taller de fabricación de herramientas agrícolas en la aldea de Phuc Sen. (Foto: VOV)
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Pero los anales y las reliquias históricas sugieren que Phuc Sen fue un taller de fabricación de armas de la dinastía Mac. Durante más de 80 años, entre 1593 y 1677, los Mac crearon una capital en Cao Bang para desafiar el poder de los Le en Thang Long, la actual Hanói. Y es precisamente en Phuc Sen donde producían sus armas.
Phuc Sen vive hoy del fuego y del sonido de las fraguas. Las herramientas agrícolas, cuchillos y tijeras que allí producen se venden en todo el país.
Nong Thi Nga, que vive en la provincia de Cao Bang, comentó: “Compramos dos cuchillos al año. Los productos de Phuc Sen son más bonitos y afilados que otros. Incluso puedes cortar árboles con ellos”.
La mayoría de los herreros de Phuc Sen tienen su propio secreto profesional, sobre todo la selección de la materia prima y la técnica de la fundición de acero. Los artesanos allí solo han utilizado el acero extraído de los resortes de suspensión de autos usados.
Además, han alcanzado un nivel de profesionalidad tal que les permite saber exactamente, a simple vista, cuándo se puede forjar el acero calentado y cuándo se puede sumergir el cuchillo en agua. Estas técnicas deben dominarse y respetarse estrictamente. Luong Van Truong, un herrero local dejó saber: “He estado haciendo este trabajo entre 13 y 14 años. Fabricamos todo tipo de cuchillos, pero también sierras, taladros y otros productos. Elegimos hermosas placas de acero de resortes de suspensión de automóviles usados, las ponemos al fuego para calentarlas, cortarlas y darles la forma deseada. Los más hábiles pueden producir cuatro cuchillos al día. Creo que nuestras técnicas son únicas”.
Cada año, tanto en el Año Nuevo Lunar como en el día 15 del séptimo mes lunar, los herreros de Phuc Sen celebran una ceremonia en honor al supuesto fundador del oficio. En ocasión del Año Nuevo guardan sus herramientas y limpian su fragua antes de plantar allí una rama de pomelo para ahuyentar a los malos espíritus.
El día de Año Nuevo preparan una comida de ofrendas, tanto a los ancestros como al fundador del oficio, con un gallo vivo, un kilo de carne de cerdo, un par de bolas de arroz glutinoso aplanadas, 10 piezas de dulce de polvo de arroz glutinoso, alcohol y papeles votivos. El herrero principal de la familia enciende la fragua y elabora simbólicamente algunos objetos, lo que refleja su deseo de que la fragua esté encendida todo el año y pueda fabricar buenos productos.
Mientras, el día 15 del séptimo mes lunar se organiza también una ceremonia en honor al fundador de la profesión, después de una comida de ofrendas a los antepasados y a las deidades del poblado. Long Van Chien, un aldeano compartió: “Muchos jóvenes de nuestra aldea aún ejercen esta profesión ancestral y para ello requieren mucho amor al trabajo. Espero que las nuevas generaciones continúen perpetuando nuestro oficio tradicional”.
Al llegar a Phuc Sen, además de atestiguar el proceso de fabricación que da forma al metal, los turistas tienen oportunidad de disfrutar las excelentes especialidades culinarias que les harán sentir todos los sabores del bosque, tales como el pato a la parrilla y la carne ahumada. También se sumergen en un ambiente alegre con las canciones tradicionales de los étnicos Nung. Estas son razones suficientes para dejarte recuerdos inolvidables.