(VOVworld) - A unos kilómetros de la antigua ciudadela imperial de Hue, en el centro, se encuentra una pequeña aldea que aún preserva características de una zona campestre auténtica de Vietnam. Se refiere a Thanh Thuy, el villorio conocido por su puente cubierto llamado Thanh Toan, de más de 200 años de existencia. Así que si los turistas quieren prolongar su estancia en Hue, es interesante hacer un recorrido por esta pacífica aldea y contemplar su belleza arquitectónica.
El puente cubierto de Thanh Toan, un rasgo peculiar
de la aldea de Thanh Thuy
Lo que impresiona más a los visitantes al llegar a la aldea de Thanh Thuy, es seguramente el puente cubierto de Thanh Toan, una joya de la arquitectura antigua. El viaducto fue construído en madera, en forma de arco, de 17 metros de largo y 4 metros de ancho.
Edificado en 1776, el puente atraviesa un canal de irrigación que se extiende de la entrada hasta el final de la aldea. A ambos lados se levantan 2 barandillas de madera con balcones. Bajo un techo de tejas, se ponen banquetas que permiten a los aldeanos y pasajeros reposar un poco y tomar el aire fresco del campo en los días sofocantes del verano. 18 pilares de madera y acero sostienen la obra, que ha sufrido muchos impactos del clima y del tiempo. En realidad, en las inundaciones de 1844 y después, un huracán en 1904 casi lo destruyeron. En otra parte del viaducto, se encuentra una sala de exposición donde son presentados diversos utensilios agrícolas: arado, hoz, rastrillo, y balde de agua, entre otros instrumentos rudimentarios. En el interior de este espacio, los visitantes experimentan la vida de los locales vinculada siempre con las faenas del campo, y también pueden participar en actividades agrícolas con la ayuda de los aldeanos. Según Duong Thi Cong Ly, directora adjunta de la Agencia de viajes Vietamtourism en Hue, esta visita sensibiliza a los turistas en las labores agrarias. “Aquí uno puede imaginar cómo desempeñan los aldeanos vietnamitas las faenas del campo. A los turistas les gusta mucho la visita a la aldea de Thanh Thuy, donde se conservan rasgos culturales tradicionales de Vietnam. Nuestra compañía propone circuitos de uno o dos días en Thanh Thuy. Desde el centro de Hue, se puede viajar en moto. Ofrecemos buenos precios para tales excursiones, de entre 15 y 40 dólares, que incluyen alojamiento y comida.”
Es lugar de encuentro de los lugareños y de reposo para
los pies cansados de los viajeros
En la sala de exposición de más de 100 metros cuadrados, la señora Hau está explicando a los turistas para qué sirve y cómo se emplea cada herramienta agrícola. A veces, entona algunas coplas folclóricas del centro para mostrarles cómo los cantos acompañan el trabajo cotidiano de los campesinos locales.
Luego de observar la presentación de las actividades agrícolas, los visitantes pasan por el mercado rural de Cau Ngoi, donde percibirán un ambiente muy diferente al de los mercados en las urbes, y donde pueden comprar muchos productos locales.
Aunque es pequeño, el mercado vende mercancías de todo tipo. Se puede encontrar aquí todas las especialidades de la aldea, como el arroz de Thuy Duong y Thuy Phu, el arroz glutinoso de Thuy Tan y Thuy Van, el aguardiente de arroz, los pasteles de frijole verde y maíz de Duong Hoa, además de artículos artesanales con bellas diseños hechos de bambú y mimbre de la marca Da Le o Bao La. Los visitantes también pueden degustar en este mercado rural deliciosos manjares, entre ellos varios tipos de dulces, caramelos, y platos populares muy típicos de Hue, como com hen (arroz cocido con almejas de río) o banh beo (crépes de arroz cocinados a vapor). La señora Tran Thi He, quien vende el caldo de arroz rojo desde hace más de 20 años en este mercado explicó: “Este plato conviene mucho a los campesinos pues es barato, a solo 5 mil dong. Para lograr un buen caldo, debo cocinar el arroz durante 3 horas consecutivas. Mis clientes suelen ser personas mayores, y niños. Desde luego, pueden encontrar otras cosas buenas de comer en este mercado.”
Un día es poco para disfrutar del paisaje campestre tan apacible de Thanh Thuy y descubrir la vida cotidiana de los lugareños. Sin embargo, la visita dejará gratos recuerdos, como la voz tierna de la señora Hau y el caldo de arroz rojo de la señora He. Esas sensaciones o sabores son difíciles de olvidar.