(VOVworld) - Como es costumbre, en los primeros días de la nueva primavera, los vietnamitas visitan pagodas y templos en busca de la tranquilidad en el alma y para pedir bendiciones a su familia. Uno de los destinos espirituales para los hanoyenses en esta ocasión es Den Ghenh (Templo Ghenh) donde veneran a la princesa Ngoc Han.

El Templo Ghenh se sitúa en el barrio de Bo De, en el distrito capitalino de Long Bien. Su nombre se debe a que frente a su entrada corria un rápido. Aún se transmite entre la población la leyenda sobre el dramático destino de la preciosa princesa Ngoc Han, esposa del rey Quang Trung Nguyen Hue quien se inscribió en la historia nacional con la resonante victoria de Ngoc Hoi Dong Da tras derrotar a más de 200 mil invasores manchúes (en 1789). Pero el amor de Nguyen Hue y Ngoc Han solo duró 6 años, pues el monarca murió, y su partida a la eternidad marchitó la vida de la bella joven. La historia de amor de Ngoc Han y su vida está teñida de tonos mágico y sagrado. Dicen que la dinastía de Nguyen, por rencores con la familia real, boto los restos de Ngoc Han y de sus dos hijos al Río Rojo que atraviesa la capital. Para rendir homenaje a la princesa, el pueblo de Ai Mo construyó en una loma a orilla del río un Templo en su honor. Fue la señora Dang Thi Ban, una habitante local, quien recaudó dinero para edificar en 1858 el santuario y esto se grabo en la esquela del templo. Doscientos años han transcurrido desde entonces, y hasta ahora sus descendientes asumen la preservación de este lugar de culto. El anciano Dang Dinh Khue, cuidador del Templo Ghenh dijo: "Pertenezco a la quinta generación de la familia Dang que se encarga de la protección y administración del santuario. Anteriormente, aquí había un embarcadero y una baniano secular. El Templo se levantó en la orilla del río, pero las crecidas lo deterioraron y fue trasladado al lugar donde hoy permanece”.

Estatuas del emperador Quang Trung y la reina Ngoc Han en el santuario

El Templo Ghenh figura entre los importantes sitios de culto para los hanoyenses. Cada 6 de enero lunar, monjes y fieles budistas se citan alli para participar en la plegaria del inicio del año, organizada por el administrador del santuario. No solo rezan por la paz y la felicidad del pueblo y de la familia, los hanoyenses buscan en los paisajes puros y serenos del lugar un poco de tranquilidad en el alma. La señora Nguyen Thi Hong, residente en la calle Kham Thien, Hanoi dijo:“Sigo la buena tradición de nuestros antepasados de visitar pagodas y templos en los primeros días de un nuevo ano lunar. Vengo al Templo Ghenh para rezar por la paz y rogar por mucha suerte en mis negocios.”

El incensario de piedra blanca ante la sala principal del Templo

Frecuentan el Templo en esta ocasión no solo los ancianos, sino muchos jóvenes. Se dirigen al Buda y a los santos con plegrias por la felicidad y encontrar el amor de su vida. Una de esos jóvenes, Diem Hang, compartió: “Creo que esta es una buena tradición cultural de la nación, pues al rezar ante el altar, uno debe reajustar su comportamiento y actitud para ser mejor. Cada quien reza por lo que apetece, pero estoy segura que todos se dirigen a los santos y deidades con toda su veneración y sinceridad.”

Desde la entrada del Templo Ghenh, los visitantes pueden contemplar el paisaje de las aguas del río Rojo con el puente de Chuong Duong que une el centro de la ciudad con las afueras . Inmersos en la naturaleza y en el aire puro del lugar, sienten inmensa paz en el alma. Y al juntar sus manos como muestra de veneración hacia el Buda, los santos y los antepasados, piden paz y prosperidad también para el país. Por eso, encontrarse en pagodas y templos en la llegada de la nueva primavera no solo tiene un significado religioso y de fe, sino que es un hermosa manifestacion cultural del pueblo vietnamita.