D(VOVworld) – El Noreste de Asia juega un papel importante en el crecimiento económico global, pero entraña al mismo tiempo riesgos de inestabilidad regional. Al echar una mirada al 2016, se observa que la zona vivió altibajos. La paz, estabilidad, enfrentamiento y conflictos fueron los temas más críticos del Noreste de Asia el año pasado.
La República Popular Democrática de Corea realizó ensayos nucleares mientras Estados Unidos y Corea del Sur planearon desplegar el Sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (Thaad). Por otra parte, se registraron la inestabilidad política en Seúl y notables ajustes militares de Japón. Todos estos asuntos provocaron el riesgo de conflictos en la región en 2016.
El punto más candente que centró la atención mundial fueron los dos ensayos nucleares consecutivos de Pyongyang, su décima prueba de misil en apenas un año, con 24 ojivas de corto a mediano plazo, y otra de cohetes lanzados desde un submarino. Lo que más preocupa a la comunidad internacional es el avance tecnológico de Corea del Norte verificado con dichos ensayos. De esta manera, el 30 de noviembre de 2016, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó sanciones económicas integrales contra Pyongyang recortándole el 60% de las exportaciones anuales de carbón, su mayor fuente de ingresos. Además, la resolución de las Naciones Unidas incluyó otros minerales como cobre, níquel, plata y zinc en la lista de los productos norcoreanos prohibidos para la exportación. Se prevé que estas medidas punitivas provocarán un déficit de 800 millones de dólares cada año en los ingresos del país.
Noticia sobre la prueba de misiles norcoreanos emitida en la Televisión surcoreana (Foto: AP)
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En respuesta a la acción de Corea del Norte, Estados Unidos, Japón y Corea del Sur incrementaron su presencia militar y ampliaron las áreas de entrenamiento. En este sentido, la península entró en un círculo vicioso. Primero, con el apoyo de Estados Unidos, el gobierno de la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, aprobó el despliegue del Sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud, el cual influye en la seguridad regional, según evaluaron expertos.
En tanto, las pruebas nucleares de Pyongyang impulsaron la cooperación entre Corea del Sur y Japón en materia de servicios secretos. Con la mediación de Estados Unidos desde el 23 de noviembre de 2016, los dos países firmaron por primera vez un acuerdo de intercambio de datos de inteligencia militar. Después de la rúbrica, Seúl y Tokío pueden compartir mutuamente informaciones clasificadas sin el permiso de Washington. Se trata de un avance importante para promover una alianza militar en el Noreste de Asia que influirá profundamente en la región, cambiando la situación geopolítica en Asia-Pacífico en el futuro.
Disputas territoriales marítimas e inestabilidad política en Surcorea
Las islas de Senkaku/Diaoyu en el Mar de la China Oriental (Foto: KYODO)
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El año pasado fue testigo de contiendas en cuanto a las reivindicaciones del archipiélago de Sensaku, para Japón, y Diaoyu para China, en el Mar de la China Oriental. La Fuerza Marítima de Autodefensa del país del sol naciente denunció en repetidas ocasiones la penetración ilegal de barcos chinos en el territorio nipón. En respuesta, Tokio consolidó sus fuerzas a lo largo de mil 400 kilómetros de dichas islas, modernizando equipos militares con el incremento del presupuesto para su defensa, que alcanza 5 billones 170 mil millones de yenes (unos 44 mil 654 millones de dólares) para el ejercicio 2017, un aumento continuo durante los últimos 5 años. Por otra parte, Japón puso en práctica una nueva Ley de Seguridad que autoriza la defensa colectiva, permitiendo la participación del Ejército en las actividades militares en el extranjero.
En tanto, el escándalo de corrupción relativo a la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, sacudió a esa nación e influyó en las relaciones políticas y diplomáticas entre los países de la región. Los partidos en dicho territorio han preparado las elecciones anticipadas para elegir nuevo cargo de presidencia. Especialistas consideran que la inestabilidad política de Seúl continuará este año. Mientras, en Japón, si Shinzo Abe es reelecto en los comicios para la presidencia del Partido Liberal Democrático (PLD) en 2018 y su facción mantiene el poder, su jefatura de gobierno se extenderá hasta 2021. Esto quiere decir que se habrá reformas en una serie de medidas en materia de la Constitución y diplomacia, así como en las políticas de seguridad y defensa.
El 2017 continúa demostrando la volatilidad de la situación en el Noreste de Asia. No se puede afirmar que las medidas punitivas de las Naciones Unidas contra Corea del Norte puedan impedir el desarrollo de su programa nuclear. Tampoco puede pronosticarse el panorama político de Seúl y el resultado de las elecciones presidenciales surcoreanas, además de los ajustes militares de Japón. El escenario de la política y seguridad, al igual que las relaciones entre los países de la región, siguen siendo inciertos.