Relaciones China-Japón-Corea del Sur: prevalece cooperación pese a tensiones

(VOVworld) – La reciente visita de este martes de unos 85 diputados japoneses al polémico templo bélico de Yasukuni, en Tokio, en el marco del Festival de Otoño provocó un nuevo roce en sus relaciones con las vecinas China y Corea del Sur. Al igual que en las ocasiones anteriores, este hecho suscitó gran indignación para Beijing y Seúl.

La visita de la mencionada delegación integrada por legisladores de diferentes partidos de Japón se efectuó solo un día después de que el primer ministro Shinzo Abe enviara su tradicional ofrenda floral al santuario.

Diferendos históricos

En una reacción inmediata, el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China resaltó que Beijing rechaza la colocación de ofrendas en dicho templo y exige a Tokio reflexionar sobre su pasado agresivo además de adoptar medidas concretas para restaurar la confianza de sus vecinos y la comunidad internacional en general.  

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Los cancilleres de China, Japón y Corea del Sur demuestran solidaridad trilateral en una reunión ministerial en Tokio en 2016


Mientras, Corea del Sur manifestó su “profunda preocupación y decepción” frente a la actividad del referido grupo parlamentario. Mediante una declaración divulgada por la Cancillería surcoreana el mismo día, Seúl llamó a los políticos nipones a realizar una consideración acertada sobre los temas históricos y mostrar su arrepentimiento con acciones prácticas, en aras de dar crédito a las naciones vecinas y la comunidad mundial.

El templo de Yasukuni rinde culto a unos 2,5 millones de militares japoneses muertos por el país desde mediados del siglo XIX. Pero a partir de 1978, cuando introdujeron en la lista los nombres de 14 personajes catalogados como criminales de guerra, los homenajes de las autoridades niponas en Yasukuni suelen irritar a los países de la región, sobre todo a China y Corea del Sur, que consideran que ese lugar sirve para enaltecer el belicismo japonés que arrasó el sudeste asiático en el siglo pasado. Los medios de prensa de estas dos naciones de también se suman a la protesta, e incluso se han efectuado muchas manifestaciones entre sus poblaciones contra Japón. En el mismo territorio nipón, las visitas al santuario realizadas por jefes de gobierno y otros altos funcionarios han ocasionado fuertes enfrentamientos verbales entre el oficialismo y la oposición. 

Dura competencia geopolítica

Además de las discrepancias históricas relacionadas con el templo de Yasukuni, las tensiones entre estos tres países de Asia del Este se derivan de los litigios territoriales. En los últimos años, la comunidad internacional testimonia en repetidas ocasiones acusaciones cruzadas entre sus pares al respecto.

Se trata de los diferendos Japón-China en torno al archipiélago en disputa Senkaku/Diaoyu. También, cabe mencionar las prolongadas diputas entre Tokio y Seúl sobre la soberanía del grupo de islas de 18 hectáreas llamado Takeshima en japonés y Dokdo, por los surcoreanos. Aunque es insignificante su valor económico, estas islas tienen gran significado en materia soberana. Ambas naciones reclaman que dichas islas forman parte de sus territorios desde hace un siglo. Por otra parte, los vínculos bilaterales entre Corea del Sur y China se han visto afectados gravemente por el hecho de que Estados Unidos, aliado cercado de Seúl, pueda desplegar el sistema de defensa antimisil THAAD en el territorio surcoreano.

Cooperación sigue siendo tendencia principal

Tras todas estas divergencias, es visible la competencia geopolítica en la zona entre un Japón ansioso por reafirmar su posición como potencia mundial, una China emergente y una Corea del Sur con políticas duras no solamente en el tema territorial. Sin embargo, sobresale la tendencia de cooperación en Asia Oriental, especialmente en economía y comercio. En realidad, estas tres naciones están conectadas estrechamente por los lazos económicos y tanto Tokio como Beijing y Seúl tienen muy en cuenta las consecuencias de la ruptura de estos nexos.

Como los estados más influyentes de Asia Oriental, evidentemente las relaciones entre China, Corea del Sur y Japón ejercen impactos muy profundos en la situación regional. Cómo controlar los desacuerdos, acumular percepciones comunes e impulsar la colaboración resulta una orientación importante para garantizar la seguridad, estabilidad y prosperidad de Asia del Este en particular y de todo el continente en general. Por eso, según opinaron expertos, las actuales tensiones derivadas de las discrepancias históricas representan solamente un paso atrás temporal en el frente diplomático, considerado hoy una carrera complicadísima con la cooperación paralela a la competencia, donde cada nación expone su propia razón para proteger sus intereses particulares.

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