(VOVWORLD) -El 2019 ha sido un año turbulento para la península de Corea, más allá de predicciones de políticos y analistas. Después de la primera Cumbre entre Estados Unidos y Corea del Norte en junio de 2018 en Singapur, junto con progresos tanto en las relaciones bilaterales como en las intercoreanas, la opinión pública tenía muchas expectativas sobre un posible acuerdo de paz en la segunda Cumbre entre ambas partes que tuvo lugar a finales de febrero pasado en Hanói. Sin embargo, la reunión finalizó antes de lo previsto por decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, ante la insistencia del líder norcoreano, Kim Jong-un, de dejar sin efecto las sanciones contra Corea del Norte. Hasta ahora, a pesar de la buena voluntad de los dos países que han puesto fin a la confrontación, junto con el apoyo activo de las partes interesadas, el objetivo de la desnuclearización en la península coreana sigue estando muy lejos de producirse.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un, reunidos en el Hotel Sofitel Legend Metropole, en Hanói. (Foto: VNA) |
Incapaz de alcanzar acuerdo, Corea del Norte mantiene pruebas de armas
La agenda de trabajo entre Donald Trump y Kim Jong-un, en Hanói fue interrumpida repentinamente, lo que indicó un resultado inesperado. En una conferencia de prensa celebrada posteriormente, el ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Norte, Ri Yong-ho, culpó a Estados Unidos por no satisfacer las propuestas de su país, lo que provocó el fracaso de la segunda cumbre y afirmó que Washington perdió una buena oportunidad.
Apenas dos meses después (abril de 2019), Pyongyang realizó dos lanzamientos de armas, allanando el camino para otras más de una docena de pruebas en sucesión. Vale la pena mencionar que este fue el primer ensayo de Corea del Norte después de meses de silencio, aumentando así las preocupaciones sobre la decisión de que abandone las conversaciones y continúe persiguiendo sus ambiciones nucleares.
Aparte de eso, Corea del Norte suspendió los contactos y detuvo la implementación de proyectos de cooperación intercoreana, al mismo tiempo que criticó duramente a Seúl por seguir la política hostil de Washington contra Pyongyang. La situación en la península coreana en aquel momento se describió como extremadamente tensa.
Nueva esperanza
La esperanza se iluminó inesperadamente después de que Donald Trump se convirtió en el primer presidente estadounidense en cruzar la Zona Desmilitarizada al ingresar a pie en el territorio norcoreano junto al líder Kim Jong-un. En el encuentro histórico efectuado el 30 de junio, Trump invitó a Kim a visitar Washington. A pesar de ser de corta duración, la reunión sirvió para reencauzar las tensas relaciones bilaterales y demostró la voluntad de ambas partes de promover las negociaciones sobre la desnuclearización. Posteriormente, los dos líderes intercambiaron consecutivamente cartas, confirmando su buena relación personal.
Cuatro meses después del tercer encuentro, Estados Unidos y Corea del Norte organizaron una reunión de alto nivel en Suecia. Sin embargo, los diálogos volvieron a estancarse. Como resultado, Pyongyang reanudó las pruebas de armas, aumentando así las tensiones en la península coreana. El clímax fue la prueba de misiles balísticos y sistemas de lanzamiento modernos en los últimos dos meses de 2019, la cual hizo que Donald Trump advirtiera sobre la posible adopción de una solución militar para Corea del Norte y destacara que el ejército de su país continuaría fortaleciendo la vigilancia de la península de Corea.
Estancamiento del diálogo debido a la difere,ncia de puntos de vista
Es evidente que, desde la reanudación de las negociaciones nucleares en junio de 2018, Estados Unidos y Corea del Norte han expresado opiniones diferentes sobre el proceso de desnuclearización. Washington exigió a Pyongyang realizar una desnuclearización completa, verificable e irreversible antes de levantar sus sanciones.
Por el contrario, Corea del Norte pidió a Estados Unidos y otras partes internacionales tomar concesiones correspondientes con su proceso de desarme nuclear. Según analistas, las diferencias demuestran que la confianza entre las dos partes todavía no es lo suficientemente grande y eso continuará siendo el mayor obstáculo para los esfuerzos por alcanzar un acuerdo al respecto.
El pasado16 de diciembre , el Instituto de Investigación de Defensa Nacional de Corea del Sur dijo que su vecino del norte podría encontrar formas de desarrollar misiles balísticos intercontinentales, capaces de transportar múltiples ojivas nucleares el año venidero, si fracasan las conversaciones con Estados Unidos. Por lo tanto, se pronostica que la situación en la península coreana en el próximo tiempo será más complicada e impredecible.