(VOVWORLD) - Una delegación de China encabezada por el viceprimer ministro Liu He llegará este 9 de mayo a Estados Unidos para participar en una nueva ronda bilateral de negociaciones comerciales. En medio de los esfuerzos de las partes por poner fin a los enfrentamientos en ese terreno, el presidente Donald Trump anunció el 6 de mayo que a fines de semana aumentaría los aranceles a un importante grupo de productos chinos. Su declaración ha perjudicado los avances que recién habían experimentado las relaciones Beijing-Washington. Según observadores, las amenazas de Trump son en el fondo una estrategia para sacar ventajas antes de la inminente cita.
En su cuenta de Twitter, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump escribió que el actual gravamen aplicado por su país a renglones de alta tecnología producidos en China pasará el viernes del 10 al 25%. Según cálculos del propio Trump, se trata de un volumen de importaciones valorado en 200 mil millones de dólares. La declaración del inquilino de la Casa Blanca ha afectado el comportamiento del mercado global.
Influencia de la declaración de Washington
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump (i) y el presidente de China, Xi Jinping (Foto: CNBC) |
Las bolsas mundiales se hundieron en color rojo. El índice Hang Seng de Hong Kong (China) se redujo 3,7% mientras el Shanghai Composite disminuyó 5,3%. En especial, el S&P 500 de Estados Unidos se depreció 1,6% en los últimos dos días. Entretanto, el interés de los bonos del Tesoro norteamericano retrocedió, pues los inversores buscan otras propiedades menos riesgosas.
Un día después de la declaración de Donald Trump, el Banco de China inyectó 280 mil millones de yuanes (unos 41 mil millones de dólares) de capital a largo plazo, disminuyendo las reservas obligatorias para algunas instituciones bancarias pequeñas. Se trata de una medida para estabilizar el mercado frente a eventuales cambios repentinos derivados de la negociación comercial con Estados Unidos. Según Bloomberg Economics, la actual tasa de impuesto de importación mermará en 0,5% el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del gigante asiático en 2019, mientras la pérdida subiría al 0,9% si los impuestos fueran del 25%. En caso de que todos los bienes de exportación chinos sean gravados en el mercado norteamericano, la reducción del PIB sería del 1,5%.
En respuesta, altos funcionarios de Beijing recomendaron no dialogar con Washington bajo presión. También afirmaron que la agenda de trabajo del viceprimer ministro Liu He no cambiaría, salvo la exclusión de un día respecto al programa inicial.
Estrategia de presión
El anuncio de Trump irrumpió en medio del optimismo de las dos naciones sobre la inminente ronda de negociación comercial, que también tiene por objetivo allanar el camino a la cumbre entre él y el presidente de China, Xi Jinping, pactada para junio próximo.
Al echar una mirada retrospectiva a septiembre de 2018, hay que recordar que antes del viaje del vicepremier Liu He a Estados Unidos, Donald Trump decidió aumentar en 10 por ciento los impuestos sobre los productos del gigante asiático, con una pérdida para este equivalente a 200 mil millones de dólares. Beijing respondió con medidas similares por valor de 110 mil millones de dólares. El presidente de China, Xi Jinping suspendió la visita de Liu He, con lo que temporalmente quedó aplazado el diálogo comercial entre las dos mayores economías mundiales.
En medio de esas tensiones, las partes se concedieron una tregua hasta diciembre de 2018 para continuar negociando sobre el tema. Aunque progresaron en algunos ámbitos, siguen discutiendo los capítulos relacionados con la propiedad intelectual y la transferencia obligatoria de tecnologías.
Analistas consideran la acción de Trump como una estrategia de fuerza en vísperas de la negociación para tomar ventajas sobre su rival. Por otro lado, la economía estadounidense creció 3,2% en el primer trimestre de 2019, por encima de lo previsto. Esta es otra circunstancia que pudo aconsejar a la Casa Blanca a ejercer mayor presión sobre Beijing.
Los enfrentamientos comerciales perjudican a los dos países y al crecimiento económico global. La mantenida participación del viceprimer Liu He en la nueva ronda de negociación con Estados Unidos es una señal alentadora. La opinión pública espera que ambas naciones lleguen a un acuerdo sobre la base del respeto mutuo. Un desenlace de esa naturaleza garantizaría no solo los intereses de Beijing y Washington, sino también de las restantes economías del mundo.