Elecciones presidenciales en Afganistán: no como se esperaba

(VOVWORLD) - La primera ronda de las elecciones presidenciales de Afganistán concluyó con resultados inesperados. Solo alrededor de 2,2 millones de electores participaron en la votación, menos del 20% de la población nacional y muy por debajo de la estimación inicial del 60% de las autoridades. Tal resultado refleja la desafección del electorado afgano en estos comicios y su pesimismo sobre las posibilidades de que un nuevo liderazgo pueda eliminar los estancamientos políticos y económicos que enfrenta la nación islámica.
Elecciones presidenciales en Afganistán: no como se esperaba  - ảnh 1 En un colegio electoral de Jalalabad, el 28 de septiembre de 2019. (Foto: VNA)

Las elecciones presidenciales de Afganistán se celebraron el 28 de septiembre en un clima de violencia extrema tras la ruptura de las negociaciones de paz entre Estados Unidos y los talibanes. Estos desarrollos hicieron que pocos afganos se preocuparan realmente por quién ganaría los comicios.

Resultados inesperados

Unos 9,6 millones de electorados afganos estaban llamados a acudir a las urnas, pero solo fueron 2,2 millones los que votaron. Tan baja cifra no tiene precedentes, y por citar solo un caso, recuérdese que en las presidenciales de 2014 acudieron a las urnas siete millones. ¿Por qué? Según analistas, tal apatía se debió a la presunción de un fraude electoral y a las amenazas de los talibanes. Los rebeldes llamaron a la población a boicotear el proceso y advirtieron que atacarían sin piedad a quienes acudieran a votar.

Por otra parte, la votación adoleció de deficiencias técnicas, como el mal funcionamiento del dispositivo biométrico de huellas o los votos enviados a direcciones incorrectas.

Antes de la fecha electoral, la violencia y la incertidumbre se adueñaron del país surasiático con una serie de ataques terroristas. Del 6 de agosto al 22 de septiembre, más de 240 civiles y unos 40 agentes de seguridad murieron en estos atentados. Según analistas, no era el momento para celebrarse las elecciones en Afganistán. Incluso el expresidente Hamid Karzai lo comparó con “pedirle a un paciente de corazón que corra un maratón”, porque la organización de los comicios podía desatar la ira de los talibanes y agravar la situación.

Según lo programado, los resultados preliminares no se darán a conocer hasta el 19 de octubre y los finales se publicarán el 7 de noviembre. Si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta, la segunda vuelta será el 23 de noviembre entre los dos candidatos con más votos en la primera. Observadores, sin embargo, estiman que de nuevo habrá un muy bajo nivel de participación ciudadana y que ello a duras penas certificará los resultados.

Desafíos pendientes

Entre los candidatos a la cuarta elección presidencial desde la caída de los talibanes en 2001, los dos favoritos son el actual presidente afgano, Ashraf Ghani, y su número dos, Abdullah Abdullah. Los dos políticos ya se enfrentaron en los comicios del 2014. Ghani alcanzó entonces una victoria “poco convincente” e incluso fue acusado de fraude electoral. El desenlace, y las sospechas que lo rodearon, generó una feroz lucha por el poder, lo cual llevó al entonces secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, a persuadir a ambos para que compartan el poder. Ahora, el viejo guión se repite cuando Adbullah acusó en varias ocasiones a Ghani de abusar de su poder y dinero para comprar votos y manipular el resultado, mientras el presidente en ejercicio rechazó tales alegaciones.

A lo largo de varios comicios, la confrontación entre el gobierno afgano y los talibanes, así como el conflicto entre facciones gubernamentales, no han disminuido. Sin embargo, el gran temor del electorado afgano es que tanto Ghani como Abdullah carecen de planes detallados para promover el proceso de paz con los talibanes, que controlan a una gran parte de la población y tienen la capacidad, a través de las armas, de decidir sobre el curso de la economía nacional. Son otras de las razones por las que a los votantes afganos les importan poco los comicios.

Cabe decir que con las actuales evoluciones en Afganistán, en especial las elecciones presidenciales, no será fácil para Estados Unidos y sus aliados lograr el objetivo de una transferencia pacífica de poder. Por el contrario, el país surasiático enfrenta el riesgo de seguir hundiéndose en el caos.

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