(VOVWORLD) - El 30 de agosto, los últimos soldados de Estados Unidos dejaron Afganistán desde el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai en Kabul, dando oficialmente por concluidas las operaciones de evacuación y retirada de sus tropas en ese territorio surasiático de acuerdo a los compromisos asumidos.
Un avión de transporte de la Fuerza Aérea de Estados Unidos despega del aeropuerto internacional de Kabul. (Foto: Aljazeera) |
El jefe del Comando central del Ejército estadounidense, general Kenneth McKenzie, declaró en una conferencia de prensa realizada en Washington que el último avión de transporte militar C-17 ocupado por los últimos soldados estadounidenses, despegó del aeropuerto de Kabul la noche de este lunes.
El fin de la mayor campaña de evacuación y retirada en décadas
Apenas unas horas después del despegue de sus últimos vuelos desde Kabul, el Pentágono confirmó que el último grupo de soldados estadounidenses partió del aeropuerto de la capital afgana, completando así la operación de evacuación y la misión de 20 años del país norteamericano.
Desde el 15 de agosto, un día antes de la llegada de los talibanes a la capital, Kabul, más de 123 mil extranjeros y civiles fueron evacuados de Afganistán, convirtiéndo a este en el operativo de evacuación por vía aérea más grande que Estados Unidos ha realizado en décadas.
Antes de completar la retirada, el ejército estadounidense se vio obligado a destruir, inutilizar o dejar muchos equipos y armas militares en el lugar. Entre estos se cuentan: 73 aviones, 70 vehículos blindados MRAP resistentes a las minas antipersonas, casi 30 vehículos Humvee y dos sistemas de defensa antimisiles C-RAM. Además, Estados Unidos suspendió su presencia diplomática en Afganistán y trasladó sus operaciones a la Embajada de Qatar.
Con la partida de este último contingente, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cumplió su promesa electoral de 2020 de sacar a todas las tropas estadounidenses de Afganistán en 2021, poniendo oficialmente fin a una guerra de casi 20 años y que ha costado billones de dólares.
Durante esta intervención, murieron casi 2.500 militares estadounidenses, de los cuales los últimos 13 fallecieron en el atentado suicida ocurrido en el aeropuerto Hamid Karzai el 26 de agosto, cuando el operativo de evacuación estaba llegando a su punto culminante.
Sin embargo, pese al apoyo de sus países aliados y dadas las mencionadas pérdidas humanas, el ejército estadounidense no pudo completar el plan de evacuación como deseaba hacerlo. El general Kenneth McKenzie reconoció que un pequeño número de ciudadanos estadounidenses, probablemente alrededor de un centenar, permanecerán en Afganistán. Agregó que, incluso si se extendiese la operación de evacuación por otros 10 días, no garantiza que pueda evacuarse a todos los sus connacionales.
Nuevos comienzos desafiantes para Afganistán
Pocas horas después del último vuelo de las tropas norteamericanas, el secretario de Estado, Antony Blinken, emitió un comunicado confirmando que “ha comenzado un nuevo capítulo del compromiso de Estados Unidos con Afganistán. Es uno en el que lideraremos con nuestra diplomacia”. Blinken también exhortó al Talibán a cumplir con su compromiso de defender la libertad de movimiento, garantizar los derechos de las mujeres y las minorías y evitar que Afganistán se convierta en una base para el terrorismo.
Por su parte, justo después de que los últimos soldados estadounidenses salieron del país, los talibanes celebraron ese momento histórico, con disparos, fuegos artificiales y gritos de alegría en Kabul y otras ciudades.
En tal coyuntura, la comunidad internacional sigue expresando su profunda preocupación y pidiendo que se tomen medidas urgentes para prevenir y responder a una serie de desafíos a los que se enfrentan el pueblo y el país afganos, como el terrorismo y el extremismo, las hostilidades prolongadas y generalizadas entre los talibanes y las fuerzas de oposición en el valle de Panjshir y el retorno de un gobierno draconiano de los talibanes. Sin embargo, la preocupación más urgente es el desastre humanitario que vive el país, dado que cerca de la mitad de la población afgana necesita asistencia alimentaria, mientras que las operaciones de socorro enfrentan muchos obstáculos debido a la inseguridad y la propagación de la pandemia del covid-19.