Diversos informes financieros internacionales coinciden en que es poco probable que la operación militar especial de Rusia en Ucrania y las sanciones impuestas por Occidente a Moscú conduzcan a una recesión mundial. Porque, indica, la dimensión de las dos economías sólo suman al 2% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial. Sin embargo, dado el importante papel de ambas en la cadena de suministro global de bienes, especialmente en los sectores de energía y alimentos, los impactos de la crisis Rusia-Ucrania son graves y han perturbado el estado actual de la economía global.

Impactos graves

Según evaluaron expertos e instituciones financieras internacionales, el impacto real que han tenido las sanciones occidentales a Rusia en todos los campos, desde la producción y suministro de bienes hasta las finanzas, ha demostrado el papel de esta economía en la cadena de valor de la demanda global. En concreto, Rusia es la economía proveedora de una sexta parte de los productos básicos en el mundo. Produce el 10% del crudo mundial y suministra a Europa el 40% del gas. Moscú también es un exportador líder de fertilizantes, productor de níquel y paladio, además de ocupar el tercer puesto universal en materia de acero y carbón y el quinto en madera. Mientras tanto, Ucrania representa el 29% de las exportaciones mundiales de trigo y el 19% de las de maíz.

Como resultado, en su última evaluación, la Comisión Europea (CE) declaró que la operación militar de Rusia en Ucrania hace que la previsión de crecimiento del 4% para este continente sea incierta.

Por su parte, el economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Philip Lane, dijo que el conflicto ruso-ucraniano podría reducir el PIB de la Eurozona en unos 0,3 ó 0,4 puntos porcentuales en 2022. Al otro lado del Atlántico, los precios del trigo negociados en el mercado de Chicago (Estados Unidos) registraron el 2 de marzo una alza de casi un 3%, la más alta desde 2008, mientras que los precios del maíz también escalaron a su nivel más alto desde mayo de 2021.

Particularmente, en el sector de la energía, los enfrentamientos en Ucrania han llevado los precios del crudo en el mercado mundial a casi 140 dólares por barril (el 7 de marzo), el máximo en una década. Como consecuencia, la escalada en los precios de los combustibles ha provocado que la mayoría de los otros productos básicos aumenten simultáneamente y también ha aumentado la inflación en muchas regiones del mundo.

Los analistas de Capital Economics predijeron que la inflación de la Eurozona alcance el 6% en los próximos meses, antes de caer a alrededor del 4% a finales de año, muy por encima del objetivo de inflación del 2% que pronosticó previamente el BCE.

Para Asia, Tom Rafferty, director regional de la Unidad de Inteligencia de The Economist, advirtió: “La consecuencia inmediata del conflicto entre Moscú y Kiev es la agitación económica, que altera las perspectivas de desarrollo de Asia”. Sin embargo, no son sólo Europa y Asia las que se ven afectadas por esta crisis. Según Claudio Borio, director encargado de asuntos económicos y monetarios del Banco de Pagos Internacionales (BIS), “la escalada de las tensiones entre Rusia y Ucrania ha exacerbado la incertidumbre económica” y su evolución se ha convertido en el factor dominante en todos los mercados. Mientras, Adam Slater, economista principal de Oxford Economics, predijo una disminución del PIB mundial del 0,2 % este año.

Detener enfrentamientos para restaurar la economía

Se puede afirmar que la crisis Rusia-Ucrania y los problemas relacionados están afectando negativamente a la economía global y que casi ninguna economía puede evitar sus consecuencias. Los economistas internacionales comparten la opinión de que es demasiado pronto para hacer pronósticos detallados y específicos sobre el daño que sufrirá la economía mundial por este conflicto. Sin embargo, es cierto que cuanto más dura la crisis, más profundas e impredecibles se volverán sus consecuencias e impactos. De ellos, el problema más difícil radica en el suministro de bienes esenciales, como la energía y los alimentos.

Algunos analistas dicen que las consecuencias de la crisis entre Rusia y Ucrania amenazan con ahogar los logros alcanzados por las economías en los últimos tiempos. Incluso, están preocupados por el riesgo de una crisis alimentaria y una posterior crisis humanitaria en algunas áreas del mundo, si estos enfrentamientos continúan escalando y prolongándose.