(VOVworld) – La visita que el primer ministro japonés, Shinzo Abe, realizó este jueves al templo de Yasukuni, al cumplirse un año de gobierno provocó fuerte rechazo de China y Corea del Sur, mientras Estados Unidos expresó decepción por el gesto.
La visita de dirigentes de Japón al templo de Yasukuni siempre
es tema sensible en la región
En una nota oficial, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China manifestó que la visita de Abe al santuario es “absolutamente inaceptable para el pueblo chino” y advirtió sobre sus consecuencias negativas para Tokio. El canciller chino, Wang Yi, convocó al embajador japonés en Beijing para transmitirle una posición crítica. Por otra parte, la Embajada de Japón en Beijing confirmó la cancelación de un planeado encuentro entre el vice primer ministro chino, Liu Yándong y una delegación de parlamentarios japoneses, de visita en China.
En tanto, Corea del Sur también manifestó indignación ante la visita del premier japonés al templo muy vinculado con las guerras de invasión del imperialismo nipón. En declaraciones a la prensa, el ministro surcoreano de Cultura, Yoo Jin-Ryong, lo consideró una acción anacrónica, que perjudica no solamente las relaciones entre Corea del Sur y Japón, sino además la estabilidad y la cooperación en el Este de Asia.
La Embajada de Estados Unidos en Tokio informó el 26 de diciembre de la decepción de Washington ante la visita de Abe al santuario de Yasukuni, que aumentará las tensiones en la región. Estados Unidos abogó porque Japón y los países vecinos resuelvan los problemas sensibles del pasado, mejoren las relaciones e impulsen la cooperación, en aras de los objetivos comunes de paz y estabilidad en la región.
Ubicado en el centro de Tokio, Yasukuni, es un templo en el que se rinde homenaje a 2,5 millones de soldados muertos en distintas guerras en defensa “del emperador y el Gran Japón”, entre ellos a militares condenados por crímenes cometidos durante la II Guerra Mundial. Por eso, las visitas de miembros del Gobierno japonés a Yasukuni siempre reciben duras críticas en países como China o Corea del Sur que sufrieron la invasión nipona.