(VOVworld) - Aunque jubilado, en los últimos 20 años, el profesor Nguyen Tra en el distrito Dong Da, Hanoi, no escatimó esfuerzos y movilizó a los niños en situación difícil para que asistieran a su “Clase dirigida a lo bueno” con el deseo de que ellos tengan un futuro mejor. Con sus aportes silenciosos y significativos, recientemente tuvo el honor de recibir una carta de elogio del presidente de la República Truong Tan Sang.

 Los educadores parecen a abnegados conductores de barcos, dedicados a guiar el crecimiento de sus alumnos. Generalmente tras cumplir sus tareas, los educadores cierran los cuadernos y vuelven a la vida cotidiana. Sin embargo, para el profesor Nguyen Tra en la zona poblacional 23B, barrio Phuong Lien, distrito Dong Da, Hanoi, la enseñanza no se reduce a impartir clases en la escuela, sino sobre todo a inculcar la responsabilidad para con la sociedad y atender a los alumnos desafortunados. Por eso, durante las dos décadas pasadas, superó silenciosamente dificultades y objeciones para buscar a los pequeños en desventaja en los mercados de trabajo y casas de alquiler de pobres, en pos de cambiar pensamientos y definir su futuro mediante la elevación de conocimientos culturales. No solo esto, les apoyó tanto en lo material, como en lo espiritual.

 En l992, Nguyen Tra decidió emplear la iglesia de su familia Nguyen en la aldea Kim Lien, como recinto de clases gratuitas denominadas “Inclinación a lo bueno”, con la significación de que el “profesor se entrena en virtud y amor al prójimo y los discípulos se dirigen a lo bueno”. En el aula no había tiza ni pizarra y el maestro se sentó al lado de sus alumnos para explicarles dudas. Su divisa consistió en instruirles sobre lo que necesitaban, por eso, cada hora de estudio resultó atractiva, al proporcionarles conocimientos vinculados con sus trabajos. En especial, Tra domina bien el francés, alemán, inglés, italiano y la escritura Han (China). Gracias a esto, el número de alumnos creció cada día y se convirtieron después en hombres útiles a la sociedad. Pham Thi Anh Tuyet que aprendió la escritura Han del profesor Tra durante l7 años, dijo: “En ese tiempo mi entorno familiar era muy difícil y empecé a estudiar la escritura Han Nom (demótica), ya que muy pocas personas la sabían. Después aprendí el francés, el profesor Tra parecía un diccionario vivo y contestó todas mis preguntas relacionadas con la esfera cultural y social, lo que alivió las penalidades de mi vida.”

 Con su ayuda, en los últimos 22 años, numerosos de aquellos que fueron niños vendedores de periódicos o pan y albañiles, salieron airosos en los exámenes de ingreso en las universidades y escuelas de enseñanza de oficios. Algunos de ellos encontraron trabajos estables o se convirtieron en profesores. Su trabajo altruista atrajo a otros colegas a hacer lo mismo. No solo esto, sus familiares lo apoyaron de todo corazón. Nguyen Van Dung, nieta de Tra, que ayuda activamente a los discípulos de la “clase dirigida a lo bueno”, compartió: “Me siento muy alegre y orgullosa de ayudar a otras personas con mis conocimientos. Seguiré apoyando más a los niños desafortunados para que tengan un futuro mejor.”

El anciano maestro esta enseñando inglés a un niño

 Con sus 82 años de edad, el profesor Tra demuestra ser muy rápido y perspicaz. Por su amor al prójimo, todo el mundo reconoce que es una persona muy cercana y amable. Al compartir sobre las actividades de su aula, dijo con pesar: "Antes cuando tenía buena salud enseñaba 4 veces a la semana. En los últimos años, solo doy clase los domingos por la mañana en mi casa o en la casa comunal del villorrio Trung Tu". Para él cada discípulo útil para la sociedad es un regalo y motor con el cual continúa su trabajo altruista. El educador apuntó: “Deseo que todo el mundo se ame mutuamente en cualquier trabajo y no solo en el aula dirigida a lo bueno para crear una fuerza más potente. También anhelo que otras personas sigan ayudando, para que esta labor se desarrolle, ya que el estudio es un trabajo sin fin, igual a un cuaderno sin página final.”

 El ejemplo del profesor Tra dio más fuerza a la joven generación. Su desprendido trabajo abrió la puerta para que los menores en situación difícil entren en el futuro y materialicen sus sueños.