(VOVWORLD) - De un accesorio cotidiano de los campesinos vietnamitas, el sombrero cónico, se ha vuelto la esencia de Vietnam. La confección artesanal de esta pieza emblemática, conocida también como “non la”, es la clave para su permanencia con el tiempo. Para los artesanos de la aldea Chuong, del distrito de Thanh Oai en la capital Hanói, ese trabajo resulta, más que todo, un deber. En el esfuerzo de seguir transmitiendo el valor de “non la” de generación en generación, la artesana Ta Thu Huong ha dedicado casi toda su vida por mantener vivo el fuego de esta labor en su tierra.
Llegar a la residencia de la artesana Ta Thu Huong, en la aldea de Chuong, te obliga a someterte al proceso completo de elaboración del sombrero cónico. Los artesanos locales se afanan en confeccionar sombreros cónicos de seda. Sofisticados y variados en color y tamaño, estas prendas de vestir se venden por entre 50 000 y 70 000 dongs (de 2 a 3 dólares) por cada pieza. Los productos más sofisticados pueden alcanzar los 100 000 dongs (más de 4 dólares). Al respecto, Thu Huong dejó saber: “Para hacer un sombrero cónico hay que seguir una serie de pasos. Primero se secan las hojas al sol y se planchan. Luego se prepara un marco de bambú y se tejen las hojas alrededor. Por último, se cubre el sombrero cónico con seda. Se tardan al menos cinco horas para la confección completa de un ‘non la’".
La artesana Ta Thu Huong y sus productos. (Foto: VOV) |
Cubrir con seda el tradicional sombrero cónico de hoja, producido en el distrito de Ha Dong, en Hanói, fue una creación de Thu Huong. Esta armoniosa combinación entre el sombrero tradicional vietnamita y la belleza suave y elegante de la seda crea la singularidad de los productos de la aldea de Chuong. Según Pham Thi Mai, una de las habitantes del pueblo, los hábiles artesanos no tardaron en familiarizarse con esta nueva técnica.
“Mis padres se ganaban la vida así. Antes, cuando la gente de aquí no trabajaba en el campo, hacían sombreros, así de sencillo... Hoy en día, tenemos que adaptarnos a los gustos de nuestros clientes: hacemos sombreros de seda, sombreros pintados, sombreros bordados. Los artesanos en la aldea de Chuong son capaces de satisfacer cualquier encargo que solicitan los clientes”.
La artesana Ta Thu Huong siempre acompaña a sus trabajadores, a veces como instructora, y el resto de las veces como otra trabajadora más del equipo de confección de sombrero cónico. A los 55 años, Thu Huong ha dedicado casi 50 años en este oficio de artesanía. No es exagerado decir que esta labor es la mayor pasión de su vida y Huong es una de las figuras más importantes en la aldea de Chuong en proteger un oficio artesanal milenario.
“Cuando yo era pequeña, a muchos aldeanos les costaba vender sus sombreros. Solía escuchar a mis aldeanos compartir entre ellos que la venta de los sombreros no les alcanzaba incluso para comprar arroz. Fui a reunirme con empresas exportadoras para presentarles mis productos y encontrar pedidos. Tras varios intentos, una empresa de Hung Yen aceptó firmar un contrato conmigo. A partir de entonces, empecé a invertir en nuevos modelos”, comentó Thu Huong.
Ante las diferentes demandas y encargos de los clientes, la artesana Thu Huong siempre busca innovar con sus productos. Los sombreros de Ta Thu Huong se distinguen de los demás por su peculiar estilo. Son unas verdaderas obras de arte, con sofisticados patrones y pinturas originales. “He conseguido exportar muchos lotes de sombreros cónicos renovados. Inventé diferentes modelos para ofrecer a distintos países. Recuerdo que, en una ocasión, una pareja australiana vino a encargarme sombreros. Necesitaban tallas diferentes, colores distintos. Acepté el encargo y me puse manos a la obra porque confío en que mi disposición puede llegar a conquistar el corazón de mis clientes”, confesó Huong.
Sombreros cónicos multicolores y de diferentes tamaños en el taller de Thu Huong. (Foto: VOV)
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Para atraer a más clientes, Ta Thu Huong ha inventado toda una gama de productos originales: sombreros bordados, sombreros pintados con paisajes naturales y guirnaldas de sombreros. Cada año exporta entre 20 000 y 30 000 sombreros a Japón, la República de Corea y Europa. Este comercio le proporciona unos elevados ingresos, así como los de la veintena de empleados que la mantienen. En ese sentido, Thu Huong explicó: “He llegado a comprender lo que les gusta a los clientes. A las mujeres les gusta algo original y estéticamente agradable. Hoy, mis sombreros, sobre todo los de seda, ‘se venden como rosquillas’. Este éxito ha animado a muchos aldeanos a volver a su oficio ancestral. Se ganan muy bien la vida".
Ante el acelerado ritmo de la revolución industrial, las aldeas de artesanía tradicional se encuentran en riesgo de desaparición. La dedicación de artesanos como Ta Thu Huong contribuye a preservar los valores, la identidad cultural y los símbolos tradicionales del pueblo artesano. Junto con su amor y entusiasmo por los sombreros cónicos tradicionales de la nación, Huong es considerada por muchos como la embajadora de los “non la” vietnamitas. Se puede decir que la meta de su vida es lograr “transmitir esta pasión” a un gran número de personas por todo el mundo.