Turistas experimentan la elaboración de brocados en el club de tejido del pueblo Kep 2, comuna de Ia Mnong, distrito de Chu Pah.

En los días de descanso tras cada cosecha más de 30 campesinas de todas las edades, procedentes de la etnia minoritaria Bahnar, residentes en la aldea 5, comuna de Po To, se reúnen en una casa sobre pilares para entretenerse con el tejido de brocado. La mayor artesana ya cuenta más de 50 años de edad y la más joven recién cumple 15. Los diseños son variados y mientras en algunos telares las artesanas preparan piezas con patrones tradicionales, en otras lo hacen con motivos de decoración contemporáneos.

Según Dinh Nhu, habitante de la aldea 5, este oficio se transmite de forma generacional. Los ancianos se encargan de enseñar el método tradicional de tejeduría a sus descendientes, quienes a su vez transmiten este conocimiento a las siguientes generaciones.

“He incorporado nuevas técnicas de tejido de brocado adaptadas a la contemporaneidad. En el futuro planeo impartir clases a chicas de entre 16 y 18 años para que puedan adquirir esta valiosa habilidad artesanal", compartió Nhu.

En el caso de las chicas de Jrai, residentes en la aldea de Kep 2, comuna de M´nong, del distrito de Chu Pah, la casa sobre pilares en el centro del pueblo es el sitio seleccionado para que vayan a tejer y exhibir sus productos finalizados. Este espacio también es uno de los destinos dentro del paquete de turismo comunitario para quienes acuden a Gia Lai. 

En este lugar los visitantes pueden observar cómo las mujeres Jrai tejen sus productos de brocado, conocer los patrones de brocado en camisas, faldas, bolsos y carteras, e incluso se les permite experimentar la tejeduría junto a los locales, además de poder adquirir una amplia variedad de ofertas para llevar como recuerdo. 

H'Uyen Nie, la líder del club de tejido de brocado, mencionó que una empresa ha firmado un acuerdo de cooperación con el club, por lo que ahora sus productos tienen un punto de venta fija y los miembros están ganando alrededor de 200 dólares al mes. 

"La asociación de mujeres ha cambiado nuestra forma de producción. Hemos convertido nuestros productos de brocado también en souvenirs. El paño de brocado que tengo en mis manos, por ejemplo, puede convertirse en bolsos, carteras, camisas o pendientes, según la demanda de los clientes. Los artesanos son remunerados directamente por su trabajo, lo que los motiva a preservar su identidad cultural", comentó H´Uyen.

Trajes de brocado de la etnia Jrai presentados en un desfile de moda en la provincia de Gia Lai en 2023.

La cooperativa de tejido de brocado en la comuna de Gla, distrito de Dac Ðoa, fue establecida hace 10 años. Emplea a cien trabajadores y crea productos que reflejan la cultura de las minorías étnicas que viven en las Tierras Altas Centrales. Las autoridades procuran brindar a la cooperativa tanto apoyo emocional como material. Los talleres de tejido de las mujeres de la etnia Bahnar se han convertido en parte de los tours por la provincia de Gia Lai. 

Según las últimas estadísticas, Gia Lai cuenta con más de 100 clubes de tejido de brocado con 1.600 miembros y esta cifra está en aumento.

Sobre la meta de desarrollo trazada por las autoridades de la provincia de Gia Lai para convertir los productos de brocado en una especialidad local para el turismo, Nguyen Thi Thanh Lich, vicepresidenta del Comité Popular Provincial, dijo: “Honramos a los artesanos que crean productos artísticos. Queremos presentar y promover los artículos de brocado y convertirlos en productos comerciales para impulsar el crecimiento económico de Gia Lai".

Como parte del programa nacional de desarrollo socioeconómico en áreas de minorías étnicas hasta 2030 y el proyecto provincial de promoción cultural, los productos de brocado se presentan en las actuaciones regulares de gongs, que se realizan los fines de semana en la ciudad de Pleiku.