(VOVWORLD) - El alma de cada aldea vietnamita reside en la cultura que manifiesta en su vida cotidiana. La construcción de la nueva ruralidad no se trata solamente en el hecho de alcanzar una economía próspera, sino también busca conseguir un desarrollo sostenible y armonioso entre lo antiguo y lo renovado, lo tradicional y lo moderno. La preservación de los patrimonios culturales milenarios resulta un reto para las nuevas aldeas rurales.
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El patrimonio cultural es la expresión del estilo de vida creado por unacomunidad. Transmitido de generación en generación, incluye elementos intangibles como costumbres, rituales, festivales, conocimientos locales, creencias, valores y artes, además de elementos tangibles como templos, santuarios y casas solariegas. A menudo se hace hincapié en el patrimonio cultural por su valor, que representa la identidad y la continuidad conservadas dentro de una comunidad.
Por ello, durante más de 10 años desde la puesta en marcha del Programa Nacional de Objetivos para el Nuevo Desarrollo Rural, varios aspectos han sido considerados como una prioridad. Podemos citar la transformación del paisaje rural y la mejora de los medios de subsistencia de la población, Así como la preservación y promoción de los valores culturales tradicionales legados por las generaciones anteriores.
En ese sentido, Nguyen Thi Phuong Cham, directora del Instituto de Investigación Cultural de la Academia vietnamita de Ciencias Sociales comentó: “Cuando un fenómeno cultural se vuelve visible en la vida diaria de los campesinos, casi siempre implica que es indispensable en su modo de vivir. Para aquellas aldeas, preservarlo es el motor de un crecimiento integral. La cultura tradicional no es un obstáculo para impedir el desarrollo ya que sólo se ha fracasado en hacer el mejor uso de los recursos culturales para progresar”, enfatizó Dinh.
La cultura del campo es un recurso esencial del desarrollo, por ello, la nueva ruralidad que se implementa en Vietnam busca conservar los valores culturales tradicionales que heredaron los antepasados. En ese sentido, el espacio cultural rural necesita ser reconocido como un patrimonio, necesita ser visto como más que un simple albergue, ya que en él florecen valores espirituales.
Según el Profesor asociado Bui Xuan Dinh, del Instituto de Antropología, cuando los campesinos se sienten conectados con las tradiciones del lugar de donde residen, llevan una vida más pacífica, más civilizada y con mayores sentidos humanitarios. La construcción de nuevas aldeas rurales que engloben armoniosamente los valores tradicionales y las tendencias modernas es el deseo común de muchas personas.
“Para mí, una nueva ruralidad necesita tener, además de la prosperidad material, una vida espiritual enriquecida y saludable y un entorno de vida limpio. Sobre la base de preservar y promover los valores culturales tradicionales, combinados con elementos modernos”, dijo Dinh.
El turismo rural ha impulsado el desarrollo de nuevas zonas rurales, aprovechando el paisaje natural, la cultura tradicional y los productos típicos de la región. Esto ha atraído turistas y ha proporcionado mayores ingresos a los agricultores, transformando así las áreas rurales y fortaleciendo los valores culturales tradicionales para lograr un desarrollo sostenible. Al respecto, Le Minh Hoan, ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, destacó que la fuerza de la comunidad y los valores culturales tradicionales únicos desempeñan un papel fundamental en la creación de valores sostenibles en estas nuevas áreas rurales.
“Se pueden explotar múltiples valores a partir de la cultura de la aldea, para desarrollar el turismo se pueden aprovechar los valores culturales de los pueblos de diferentes regiones. De esa manera, se atraen a mayores cantidades de turistas, ayudando así a aumentar los ingresos de la población local”, remarcó Hoan.
La implementación del Modelo "Campo dinámico, comunidad creativa, patrimonio conectado" ha sido promovida como parte de la Resolución del Partido Comunista de Vietnam, mandato XIII. Este modelo ha demostrado ser efectivo en la construcción de nuevas áreas rurales sostenibles y profundas, al enfocarse en la preservación y promoción del patrimonio cultural rural. Bajo este enfoque, las personas en las áreas rurales se empoderan y trabajan en comunidad para fortalecer sus capacidades y valorizar su patrimonio cultural.
Respecto a la aplicación del modelo, Tran Nhat Lam, jefe adjunto de la Nueva Oficina Central de Coordinación Rural del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, resaltó la importancia de la medida para lograr una transformación significativa en las zonas rurales.
“Esta tendencia enfatiza los valores tradicionales de los grupos autóctonos, promueve los valores indígenas, a la vez que restaura y realza estos valores dentro de la comunidad, afirmando la identidad cultural del área local. Al promover estos valores fundamentales en el campo, el Programa de Nueva Ruralidad se vuelve cada vez más sostenible y profundo”, enfatizó Lam.
Conservar y desarrollar los valores del patrimonio cultural paralelamente a la construcción de nuevas aldeas rurales es tanto una meta como una tarea estratégica. La cultura es el fundamento espiritual de la sociedad y una fuerza inherente que garantiza un desarrollo integral. Hoy en día, las autoridades de aquellas aldeas rurales con ricas tradiciones ancestrales deben saber cómo preservar, promover y aprovechar estos valores culturales. Resulta indispensable considerarlos como recursos invaluables para construir y desarrollar sus nuevos campos.