(VOVworld) – La aldea Sin Sui Ho, del distrito Phong Tho, provincia norteña de Lai Chau, es un nuevo y atractivo destino turístico, gracias a su belleza natural junto a los rasgos culturales típicos de pobladores locales. Una vez que llegue a este lugar, usted no podrá dejar de pensar en volver a visitarlo para compartir de nuevo con las personas joviales, hospitalarias y especialmente muy profesionales en el turismo.
Pobladores Mong en la aldea Sin Sui Ho
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La aldea Sin Sui Ho, que significa “Arroyo con oro” en el lenguaje local, se ubica a una altura de mil 400 metros y a unos 35 kilómetros de distancia de la ciudad cabecera de Lai Chau. En la región montañosa del Noroeste de Vietnam, mientras cientos de aldeas se dedican al turismo comunitario desde hace decenas de años, Sin Sui Ho fue recientemente reconocida como localidad especializada en dicha rama en junio del 2015.
Al arribar a este paraje, los excursionistas podrán percibir una combinación excelente entre la profesionalidad y los rasgos sencillos típicos de Sin Sui Ho. En la entrada a la aldea, hay un cartel de rejilla negra, pinzado por dos pedazos de bambú mientras en el medio, se ubica una fila de letras hechas de soga que dice “Destino de turismo comunitario, aldea Sin Sui Ho”.
En esta localidad, el nombre del dueño de la casa siempre se inscribe en un cartel hecho de madera, enganchado en el portal de su vivienda, junto a las informaciones que los turistas necesitan como el número de teléfono, disponibilidad de Wi-Fi, entre otras, elaboradas con piedras blancas o pedazos de soga.
En el camino hacia la aldea, los pasajeros encontrarán un mercado tradicional de los pobladores Mong, con diversos productos típicos como puercos Man (un híbrido de porcino doméstico y el jabalí), brotes de bambú, arroz glutinoso, maíz, cardamomo, sayas y bufandas brocadas, entre otros. Bajo la neblina gruesa, a lo largo de la ruta que conduce al centro de la aldea o a ambos costados del pasillo hacia las casas, se encuentran macetas de orquídeas, una escena que transporta a los visitantes a un mundo mágico en el seno de esta tierra norteña, donde reinan estas exóticas flores.
Cascada de Corazón
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Vang A Lai, residente de la comunidad étnica Mong, expresó con gran orgullo:
“El grupo aborigen Mong posee rasgos culturales inconfundibles como los festivales, danzas y especialmente, artículos como el Dan Moi (instrumento musical muy parecido al arpa de boca) y la trompa de hojas. De ellos, la trompa de hojas sirve tanto a los hombres como mujeres, y es considerado un detalle típico de los Mong”.
En los años recientes, el modelo de turismo comunitario se ha desarrollado fuertemente. Los turistas pueden ahora disfrutar del arte culinario local con los platos especiales como la carne de puerco Man hervido, verduras silvestres, brotes de bambú ácido, entre otros. En especial, los dueños de la vivienda siempre están dispuestos a enseñarles a los visitantes a preparar los platos, cómo bailar las danzas y tocar los instrumentos musicales típicos de los Mong.
Vang A Chinh, jefe de la aldea Sin Sui Ho, dijo que en todo el territorio, se registran actualmente más de 100 hogares, de ellos, seis familias se dedican a la industria sin humo en la localidad. Cada hogar recibe de ocho a 10 visitantes al día. Este sector ha brindado un mejor ingreso a los lugareños. Respecto al tema, comentó:
“Desde que nos dedicamos al turismo, tenemos una mayor ganancia. Cada vez acogemos a mayor cantidad de excursionistas, el precio de hospedaje para una persona por una noche solo alcanza unos 3,7 dólares. Antes de iniciar este negocio, recibí un curso de entrenamiento del gobierno local. Ahora, ya hacemos bien nuestro trabajo”.
Al referirse a Sin Sui Ho, Le Quang Minh, funcionario del Servicio provincial de Cultura, Deportes y Turismo, reveló que gracias a que todos los residentes locales son de la etnia Mong, descubrir su forma de vida, es atractivo para los turistas. Lo que capta mayor curiosidad de los visitantes son las labores de cultivo de orquídeas, el tejido de brocado y la manufactura de los suvenires de madera o bambú, entre otras. Además, la rama de turismo de Lai Chau también elabora políticas de asistencia profesional dirigidas a mejorar la capacidad de los Mong en este trabajo.
“En cuanto a la gastronomía, entregamos algunas baterías de cocina, así como invitamos a expertos en la rama a dar clases a los lugareños. Actualmente, no tienen que pagar ningún tipo de impuestos. Si llegan a la Cascada de Corazones, los visitantes sólo deben comprar la entrada, que cuesta menos de 0,5 dólares cada una. Queremos que Sin Sui Ho conserve su identidad cultural y no se comercialice demasiado”.
Las autoridades provinciales de Lai Chau han elaborado varios programas con el fin de conceder préstamos preferenciales a pobladores locales, para que ellos desarrollen el modelo de turismo comunitario. Para el presente año, la provincia invertirá más de ocho millones de dólares en la ampliación de las rutas que conectan la ciudad de Lai Chau con la aldea Sin Sui Ho, de manera de satisfacer la demanda de los excursionistas.