La persistente debilidad de la economía china, la crisis energética en Europa y un dólar fuerte, todo ello perjudica el consumo, señala AIE en su informe petrolero mensual. Dado que la mayoría de las principales economías han reducido sus pronósticos de crecimiento para 2023, se espera que la demanda de petróleo el próximo año crezca 1,6 millones de barriles por día, en comparación con 2,1 millones en 2022.

La AIE vislumbra una menor demanda en la industria europea, y por otro lado una continua recuperación del queroseno, mientras el tráfico aéreo se acerca a su nivel de 2019, antes de la pandemia de covid-19. La AIE destaca, en particular, las tensiones en el mercado del diésel, donde los precios están alcanzando picos.

Se espera que el embargo sobre el petróleo de Rusia, que proporciona una gran parte del diésel, aumente la presión. La demanda es particularmente fuerte, porque el diésel reemplaza al gas que se ha vuelto inasequible para ciertos usos, y debería seguir creciendo a finales de año, antes de caer “ligeramente” por el efecto de los altos precios y la desaceleración económica, indica.