(VOVworld) – El primer ministro japonés Shinzo Abe y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acordaron impulsar sus cooperaciones para responder al ensayo nuclear de Corea del Norte el pasado 6 de enero. En un dialogo telefónico realizado este jueves, mientras el gobernante nipón exhortó a la comunidad internacional a enviar un mensaje contundente a Pyongyang para prevenir similares provocaciones en el futuro, Obama afirmó que Washington tomará medidas necesarias para garantizar la seguridad tanto de Japón como de sus otros aliados.
El mismo día, el canciller japonés Fumio Kishida sostuvo conversaciones en línea con sus homólogos de la Unión Europea y Surcorea para intercambiar información referida la prueba de la bomba de hidrógeno de Corea del Norte. Las partes coincidieron en que la comunidad internacional, incluidas las Naciones Unidas (ONU) el grupo G7, deben coordinar para resolver el caso de manera unánime y efectiva.
Con anterioridad, el Consejo de Seguridad de la ONU celebró una reunión urgente para debatir medidas destinadas a enfrentar las situaciones generadas por el ensayo de dicha bomba por parte de Pyongyang. Los países miembros de la agrupación condenaron esta acción provocadora, al afirmar que el hecho violó las resoluciones emitidas por el organismo y el mecanismo mundial de no proliferación nuclear. Por su parte, el secretario general de la máxima organización global, Ban Ki-moon recalcó que esta nación sudeste asiática tiene que detener cualquier prueba similar.
Mientras, Alemania instó a Pyongyang a regresar a la mesa de negociaciones, luego de convocar al embajador de Corea del Sur en Berlín para aclarar el caso. Trasladando a Surcorea, la presidenta Park Geun-hye llamó a la comunidad internacional a aumentar las sanciones contra Corea del Norte por sus violaciones continuas de las resoluciones del Consejo de Seguridad. Según el portavoz del Ministerio de Defensa de este país, Kim Min Seok, el ejército surcoreano ha elevado el nivel de alertas y declaró que aplicará medidas necesarias junto a Estados Unidos.
Por su parte, el gobierno estadounidense ratificó que el resultado de sus primeros análisis sobre el ensayo nuclear el 6 de enero en Corea del Norte no coincide con anuncios por parte de Pyongyang, y que el dispositivo experimentado no fue una bomba de hidrogeno.