Por José Llamos Camejo (exclusivo para La Voz de Vietnam)
Duong Minh
concluye su faena como embajador de Vietnam en Cuba, después de tres años, y la isla hermana, por decisión de su Consejo de Estado, lo premió con la Medalla de la Amistad, en ceremonia breve que transcurrió sin que el diplomático amigo lograra disimular la emoción.
Un brillo intenso y una humedad inusual asomaron en los ojos del homenajeado, quien guardó silencio mientras el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla le colocaba el galardón en el pecho, en reconocimiento a lo mucho que hizo para lograr que, además de indestructibles y hermosos, los nexos políticos económicos y comerciales entre las tierras de Fidel y de Ho Chi Minh fueran como son hoy: más amplios, dinámicos y diversos.
Las palabras de Minh fueron una emotiva síntesis de las relaciones entre Cuba y Vietnam
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Intercambios frecuentes de visitas de autoridades políticas y del estado y gobierno al más alto nivel entre los dos países, y el incremento de la asistencia recíproca en áreas como la biotecnología, el comercio, la agricultura, la construcción y el turismo, fueron razones ofrecidas por el Viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Rogelio Sierra, para fundamentar el estímulo otorgado a Duong Minh.
Al agradecer el gesto, el embajador saliente de Vietnam en Cuba dio gracias a la Revolución, al pueblo, a Raúl y a Fidel; recordó que el líder cubano fue el primer y único jefe de estado foráneo que en 1973, en medio de la guerra, llegó a zonas liberadas de Vietnam del Sur. El orador reiteró una vez más su pesar por el deceso del entrañable revolucionario y amigo, y recalcó que, pese a la distancia, fue precisamente la delegación vietnamita la primera en asistir a las honras fúnebres del Comandante.
El canciller cubanao, Bruno Rodríguez Parrilla, coloca la medalla en el pecho de Minh (foto: cubadebate)
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Duong Minh es un fruto de la hermandad ejemplar entre dos naciones pequeñas; sus vínculos con Cuba empezaron en las aulas universitarias de la isla, donde cursó la carrera de arquitectura; luego ha contribuido a fortalecer los vínculos de su país con la patria de José Martí. En ese empeño concluye un largo período de tres misiones diplomáticas, la última de ellas, -desde el dos mil trece- como embajador.
Esos antecedentes explican la mezcla de satisfacción y nostalgia que discurrió en su mirada y en sus palabras este 9 de diciembre frente a sus anfitriones, en la sede del Ministerio de Relaciones exteriores de Cuba; a la isla la denominó “mi segunda patria”, a los cubanos, “amigos” y “hermanos”, y aseguró que a Vietnam regresa “un vietnamita-cubano que siempre los quiere y los ama».