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En un comunicado, esta fuente agregó que Pyongyang disparó varios proyectiles desde la localidad de Wonsan, en la costa oriental de Corea del Norte, y esos volaron entre 70 y 200 kilómetros sobre el Mar de Japón. Aunque en un principio se informó de que se trataba de un lanzamiento de misiles, el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur señaló posteriormente que fueron “proyectiles de corto alcance” disparados durante cerca de veinte minutos, lo que rebajaría la gravedad de esta prueba de armas.

Inmediatamente después del lanzamiento, el Palacio Presidencial surcoreano convocó una reunión emergente con los dirigentes militares nacionales para analizar este acto.

Mientras, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo que Estados Unidos observa de cerca los movimientos de Corea del Norte. Por su parte, el Ministerio de Defensa de Japón dijo que dicho lanzamiento no es una amenaza para la seguridad de su país.

Según analistas, el disparo de dichos proyectiles es un mensaje que Pyongyang quería transmitir a Estados Unidos, expresando su insatisfacción ante la decisión de Washington de mantener las sanciones en su contra y el rechazo a la maniobra realizada el mes pasado por las tropas estadounidenses para familiarizar a las surcoreanas con el uso del sistema de defensa de área de gran altitud THAAD.