La obra recoge impresiones vívidas del avance de las tropas de liberación hacia el sur, protagonizado por soldados que encarnaban la convicción firme de que “Vietnam es una sola nación” y mantenían una fe inquebrantable en la victoria.

Uno de los pasajes más conmovedores del libro es la descripción del ambiente en la ciudad antes y después del 30 de abril de 1975. Las crónicas retratan escenas de combatientes con uniformes verdes y sandalias de caucho conversando abiertamente con la población; estudiantes con Ao Dai (túnica tradicional de Vietnam) blancos, madres e hijos fundidos en abrazos entre lágrimas.

Con la mirada de observadores extranjeros que vivieron en primera línea aquel momento crucial, el libro se convierte en un documento histórico de gran valor, impregnado del pulso de toda una época.