Los delegados coincidieron en que ante las incertidumbres en el mundo como las disputas entre las potencias económicas y la desaceleración económica, Vietnam aún consigue avances elogiables, con un ritmo de crecimiento del 7,08% en 2018, el nivel más alto en los últimos 11 años.

Según el economista Can Van Luc, es importante encontrar vías para aumentar la resistencia de la economía vietnamita en su proceso de integración internacional cada vez más amplia y profunda. “Nuestra competitividad ha subido al 77 entre las 140 economías del mundo, lo que demuestra que estamos en un término medio en comparación con los otros países. Además, vemos que nuestra capacidad de gestión empresarial aún es limitada. Por esta razón, debemos adoptar las medidas más oportunas y concentrarnos en la selección de las inversiones y el mejoramiento de la competitividad de las empresas.”

Otras opiniones resaltaron la necesidad de diversificar los mercados, promover las reformas, estabilizar la macroeconomía, elevar la eficiencia de las políticas al respecto, aumentar la productividad y aplicar las nuevas tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial.