(VOVworld) – El presidente de Turquía, Recep Teyyip Erdogan, admitió este 21 de julio que el fallido golpe de estado de la semana pasada ha demostrado la deficiencia en las labores de inteligencia, comprometiéndose a reformar las fuerzas armadas del país.

El frustrado intento de derrocamiento debe ser una lección para el ejército nacional, remarcó el mandatario precisando que esta fuerza necesitará reestructurarse y requiere a la vez un nuevo contingente de oficiales.

El mismo día, miles de manifestantes a favor del gobierno turco marcharon en el puente de Bosphorus en la ciudad de Estambul, para rechazar la fracasada destitución del presidente Erdogan.

Casi una semana después del incidente, el jefe del Estado todavía exhorta a sus seguidores a manifestarse en la calle con el fin de condenar el frustrado acto golpista, así mismo prevenir otro acontecimiento similar.

Los simpatizantes del gobierno llevaron en sus manos antorchas y paneles en rechazo al clérigo Fethullah Gulen, quien fue acusado como instigador del intento.

En un hecho relacionado, la Unión Europea expresó su profunda preocupación por la adopción del estado de emergencia durante tres meses por parte de Ankara, pidiendo a la vez el respeto a las regulaciones jurídicas y de los derechos humanos.