Por José Llamos Camejo (exclusivo para La Voz de Vietnam)

Las cenizas del Comandante en Jefe Fidel Castro fueron depositadas en el Cementerio de Santa Ifigenia en la provincia oriental de Santiago de Cuba, a pocos metros de donde reposan las del Héroe Nacional José Martí.

Momento  en que Raúl depositó las cenizas del líder histórico de la Revolución Cubana, en el cementerio de Santa Ifigenia, el 4 de diciembre de 2016

A las siete del 4 de diciembre (hora local), tuvo lugar la ceremonia íntima familiar a la que además asistieron algunos invitados especiales, para depositar los restos del legendario Comandante, en la misma necrópolis que guarda también las cenizas del Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, y de otros patriotas, entre ellos los compañeros de Fidel caídos en el asalto al Cuartel Moncada, el 26 de Julio de 1953.

Los restos mortales del inolvidable líder cubano arribaron a Santiago de Cuba en la tarde del 3 de diciembre, tras completar cerca de mil kilómetros de un recorrido que inició el 30 de noviembre pasado en La Habana, en sentido inverso al que 57 años atrás realizó la llamada Caravana de La libertad, liderada por él. 

Los cubanos enarbolaron la efigie del Comandante en Jefe durante el multitudinario acto en su memoria, que tuvo lugar en la plaza Mayor General Antonio Maceo de Santiago de Cuba.

Desde su partida, la comitiva recorrió trece provincias del país, y realizó cuatro escalas -en las ciudades de Santa Clara, Camagüey, Bayamo y Santiago de Cuba-. Al paso del cortejo fúnebre, las plazas y aceras, los bateyes, portales, balcones y las orillas de las carreteras cubanas, fueron abarrotadas por el pueblo que acudió a despedir a su líder eterno, entre lágrimas, consignas y juramentos de fidelidad.

Los más pequeños también acudieron a darle el último adiós a Fidel.

La última parada de las cenizas de Fidel se produjo en la Plaza Mayor General Antonio Maceo de Santiago de Cuba, sitio en el que más de 500 mil cubanos de todas las provincias orientales y Camagüey, se concentraron para despedir al gestor y conductor de su Revolución Victoriosa.

Con mensajes como estos en el rostro, acudieron muchos jóvenes al acto en homenaje a su comandante invicto.

En un conmovedor discurso de cerca de 30 minutos, que clausuró la velada final, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, resumió la vida ejemplar y los extraordinarios aportes y méritos del líder cubano; anunció que por voluntad de Fidel, ninguna avenida, calle, parque ni institución llevarán su nombre; y que por esa misma razón tampoco se le dedicarán bustos, estatuas ni monumentos.

“Fidel es nuestro también”, confesó a La Voz de Vietnam, este matrimonio salvadoreño, mientras escuchaba a Raúl.

“Fidel, Fidel, hasta la Victoria Siempre!, dijo Raúl finalmente, hablando por toda Cuba, aclamado por un océano humano palpitante, y por personalidades de todo el mundo, entre ellas mandatarios y ex mandatarios, que acudieron a despedir a Fidel.