El ministro de Justicia, Gunnar Strommer, afirmó que la medida tenía como objetivo fortalecer la capacidad del país nórdico "para combatir, prevenir y lidiar con el terrorismo u otras formas de extremismo".

Según la evaluación del Servicio de Seguridad Nacional de Suecia, el país ha pasado "de un objetivo potencial... a un objetivo prioritario" sobre los planes de ataques terroristas.

El sujeto Salwan Momika quemó el Corán frente a la mezquita más grande de la capital, Estocolmo, el 28 de junio. (Foto: EPA)

También ayer, en una entrevista con la agencia de noticias TT, el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, expresó su "extrema preocupación" por las consecuencias si continúan las protestas, incluido el comportamiento difamatorio de las quemas del Corán.

El gobierno sueco ha criticado repetidamente la quema del Corán por parte de los manifestantes en Estocolmo, calificándolo de acto "anti-islámico". El Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país escandinavo a principios de julio enfatizó que "condena enérgicamente este acto" y afirma que tal comportamiento no refleja la posición de Estocolmo.