Por Ángel Miguel Bastidas (periodista y diplomático venezolano)
El nombre del héroe vietnamita Nguyen Van Troi quedó sembrado hace 48 años como símbolo imborrable de la relación solidaria entre los pueblos de Venezuela y Vietnam.
“Omar” comandó la captura de Smolen (en una
entrevista televisada de VTV)
El nueve de octubre de 1964, los revolucionarios venezolanos extendieron la mano solidaria a sus camaradas vietnamitas en un momento en que la vorágine imperialista arreciaba su acción depredadora y terrorista sobre la tierra de Ho Chi Minh.
A las siete de la mañana de ese nueve de octubre, la calle Soapure de las Colinas de Bello Monte, fue escenario de la audaz acción militar, cuando una unidad de combatientes venezolanos capturó al oficial gringo Michael Smolen.
La noticia del intento por salvarle la vida a Troi, sentenciado por los invasores a morir en el paredón, recorrió el mundo, y se sumó a las protestas protagonizadas para la época por estudiantes y obreros en América Latina, Estados Unidos, Europa y otros rincones del planeta, contra la agresión norteamericana y por la paz.
La noticia recorrió el mundo
En cualquier espacio o circunstancia, en un acto político, en una recepción social, en la universidad o el restaurante, en Hanoi, el nombre de Venezuela recuerda inmediatamente aquella voluntariosa expresión solidaria de 1964, que hoy se manifiesta en una estrecha alianza por la construcción de ese mundo posible.
El reciente inicio de operaciones de la empresa mixta venezolano- vietnamita, Petromacareo, en el Campo Junín II de la Faja Petrolífera del Orinoco, también hace recordar a Van Troi y a los guerrilleros de las FALN que actuaron en la calle Soapure.