Por Teresita Vives, Corresponsal Jefa de Prensa Latina en Vietnam
Costumbres arraigadas y actividades diversas identifican a Vietnam ante la llegada del Año Nuevo Lunar el 8 de febrero, uno de los festejos más importantes para la población en el país. Desde el campo hasta las ciudades, todos sus pobladores, niños, ancianos, adultos, empresarios, amas de casa y estudiantes, dejan de realizar labores cotidianas para dedicar tiempo a ayudar en los preparativos del Tet Nguyen Dan (más conocido por Tet, en su forma abreviada) o Fiesta de la Primera Mañana del Primer Día.
Normalmente Hanoi, la capital es activa por la gran cantidad de tiendas en las entradas o salas de las casas donde se expende una gran variedad de objetos, ropas o alimentos y por los puestos o vendedores ambulantes de mercancías, vegetales y frutas.
La elaboración del pastel banh chung para el Tet en una familia vietnamita
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Sin embargo, previo a esta fecha, todo es más colorido con predominio del rojo, símbolo de la buena suerte y la riqueza, mientras las ventas están enfocadas hacia los artículos necesarios para adornar las casas o los regalos que se destinarán a los seres queridos, incluidos los fallecidos, amistades o colegas de trabajo.
También abundan los mercados con los productos indispensables para la preparación de los platos típicos de la ocasión, entre ellos los pasteles bánh tét (de forma cilíndrica y básicamente de arroz glutinoso) y banh chung (igual pero cuadrado, con carne de cerdo y frijol verde incorporado), los cuales son envueltos en hojas de plátano para su cocción.
Por otro lado, es común apreciar un gran número de motocicletas, de las tantas que abundan en esta ciudad, con un arbolito natural a cuestas. Los hay de todos los tamaños a gusto del cliente, diferentes a los utilizados en occidente (tipo pinos), y que varían según la región.
Para llenar el ambiente festivo del Tet, no se puede faltar Hoa Dao (árboles o ramas de melocotonero) en las localidades del norte
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Las plantas que mayormente se utilizan para ello son el kumquat (naranjo enano), típico de todo Vietnam, cuyos frutos son sinónimo de felicidad y prosperidad, el melocotonero (Hoa Dao), en el norte y zona central, y en el sur preferentemente la llamada por los vietnamitas Micky Mouse (Ochna Integerrima, por su nombre científico) o Hoa Mai.
El primer árbol distingue por ser de pequeño tamaño con gran cantidad de frutos que parecen pequeñas mandarinas, el segundo (Prunus persica) -símbolo de larga vida- por la ausencia de hojas y muchas florecitas rosadas y el tercero también por la flores que son amarillas de cuatro pétalos o nueve de acuerdo con la variedad.
A esas plantas se les cuelgan adornos de color rojo, para proteger el hogar de los espíritus malignos y pequeños pergaminos escritos con tinta negra en los que se desea felicidad, prosperidad y longevidad.
Hoa Mai, u Ochna Integerrima, en una calle de Ciudad Ho Chi Minh en el sur durante el Tet
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Asimismo está el "árbol" de año nuevo (Cay Neu), que es un tallo de bambú con una longitud de cuatro a seis metros, al que se le han quitado las hojas, excepto las de la corona, y que también es decorado en la parte superior con papeles rojos.
La tradición en torno al levantamiento del Cay Neu es milenaria y casi desaparecida en Vietnam, pero este año se restituyó en el palacio real del conjunto de reliquias en la ciudad imperial de Hue, otrora capital del país, durante la dinastía Nguyen (1802-1945).
La actividad coincidió con el día 23 del último mes del calendario lunar y tuvo como objetivo preservar y enriquecer los valores intangibles de este patrimonio cultural mundial.
Esa costumbre se atribuye a una leyenda en la que el ser humano, cansado de la opresión, solicita ayuda a Buda, quien le instruyó erigir un alto poste de bambú y en su copa colgar campanitas cuyo sonar obligara a ahuyentar los malos espíritus.
Así, el Cay Neu se convirtió en un símbolo de protección ante los demonios, cuando se coloca frente a la puerta principal de cada casa desde el 23 del último mes del calendario lunar hasta el 7 del primer mes.
Ese mismo día muchos vietnamitas disfrutaron igualmente de la liberación de carpas amarillas y rojas en los ríos y lagos, ritual característico en esta nación previo a los festejos del Tet.
Según la creencia popular, esos peces, considerados animales de los cielos y buenos nadadores, ayudarán a Ong Cong y Ong Tao (Genio de la Tierra y dioses de la cocina) a llegar a ese reino para informar al Emperador de Jade sobre la conducta de cada familia durante el año.
Las carpas, medios de transporte del Genio de la Tierra y los dioses de la cocina también son utilizadas para adornar la casa
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Allí, además, le implorarán que derrame buena fortuna y mejores dones sobre los hogares y cuando regresan cada fin de año a la Tierra, en la medianoche del último día todos los problemas quedan atrás ya que han convencido al Emperador de Jade de que no vale la pena pasar las tristezas al nuevo calendario.
Pero, las carpas también son utilizadas para adornar las peceras en las casas, por eso es común encontrar muchos vendedores de estos animales en avenidas céntricas de Hanoi por estos días.
Estos ritos que comienzan siete días antes, incluyen otros como el considerado más importante, consistente en rendir culto y expresar respeto y recuerdo a los antepasados, con la visita a sus tumbas y la limpieza de las mismas y del altar ancestral que les tienen en casa.
También decoran cuidadosamente esos últimos y les colocan diferentes ofrendas, flores y frutas de cinco tipos, queman incienso, hacen plegarias e invitan a los ancestros a unirse a los vivos en la celebración del festival.
La limpieza de los hogares es otra de las tareas de estos días ya que se cree que así se eliminará la mala suerte asociada al año a punto de finalizar.
En tanto, como se ha preparado suficiente comida con antelación, las tareas domésticas se suspenden durante los tres primeros días del Tet y se considera que el primer visitante que recibe una familia en el año nuevo determina su fortuna para el resto de los días del calendario.
Por eso, es costumbre que nadie entre en una casa el primer día sin haber sido invitado y quien lo hace, normalmente es una persona con buen humor, considerada buena y con éxito, además preferentemente del signo del animal que gobernará, en este caso, el mono.
A ello se une el esperado sobre rojo que se le entrega a los niños con el dinero de la suerte, junto al cual les dedican frases y consejos, animándoles a que cumplan con sus deberes escolares, obedezcan a los padres y tengan buen comportamiento con los demás.
A su vez, los niños dedicarán a los mayores sus mejores frases, deseándoles una larga vida.
Entre otras costumbres, además se puede asistir a la danza del dragón en algunos lugares públicos, ejecutada por varios bailarines y que simboliza la lucha entre el bien y el mal.
De esa forma, entre tradiciones, modernidades -algunos aprovechan para viajar a lugares turísticos nacionales- y la creciente internacionalización de Vietnam, el país celebra estos festejos en familia, preservando cada vez más su cultura e identidad de la que disfrutan también quienes no residen de forma permanente en él o tienen la posibilidad por estas fechas de visitarlo.