Por Hugo Rius Blein (corresponsal de Prensa Latina)
Para que el turismo ecológico promovido por Vietnam resulte lo más integral posible, artesanos de uno de los parajes preferidos acaban de aportar la bicicleta de bambú, este noble material predominante y simbólico en la vida nacional.
En la aldea Cam Thanh, en las afueras de la antigua ciudad de Hoi An, destino favorito de los amantes de la naturaleza, surgió la iniciativa, dirigida a que ni automóviles ni motocicletas enturbien los recorridos en entornos primitivos de tupida y variada vegetación.
Pedaleando sobre lo que llaman ya "bicicleta verde" los visitantes incursionan por sinuosas sendas en bosques vírgenes protegidos, el tranquilo villorrio de apenas cinco kilómetros cuadrados que preserva intactas viviendas cubiertas por hojas de palmas, la culinaria ancestral sin artificios y un artesanado inventivo.
A este gremio pertenecen Vo Tan Muoi, de 71 años y su hijo Vo Anh Tan, quienes al ineludible invento de las dos ruedas le incorporaron un nuevo uso del reverenciado arbusto de todos los tiempos a lo largo de la historia de Vietnam.
En el haber creativo y amigable con el ambiente del más experimentado de ellos cuentan la transformación del estilo de los alojamientos, la fabricación de muebles, decorados interiores, adornos corporales, vasijas y hasta un teléfono manual como si el bambú lo retara a descubrirle infinitas potencialidades.
Alrededor de otros 10 artesanos se han incorporado a tan laboriosa faena para satisfacer crecientes demandas de la hotelería turística y los veteranos afirman que aunque se trata de un trabajo duro obtienen más ingresos que en la anterior ocupación en los campos de arroz.
Siempre que a la distancia se piensa en Vietnam, entre las múltiples evocaciones que despierta nunca falta la imagen del bambú, esa gramínea oriunda de Asia, cuyo erguido tallo puede llegar hasta alcanzar 25 metros de altura.
Y en verdad que en este mágico país indochino constituye una presencia dominante en la cultura, la economía y la vida de la población, tocada además por episodios de la historia.
Una milenaria leyenda sobre el santo Giong lo describe empleando al bambú para fabricar armas con que combatir al enemigo y proteger a la nación anamita.
Sin ir tan lejos, de esa material se construyeron trampas para capturar soldados enemigos durante la guerra de resistencia y liberación contra la agresión de Estados Unidos en los años 60 del siglo pasado.
De bambú es la humilde vivienda donde pasó su infancia y primera juventud el presidente Ho Chi Minh, que todavía se conserva en una aldea museo en la tierra natal de Nge An de quien también concibió así el alojamiento en que prefería pasar el mayor tiempo cuando dirigía al país bajo bombardeos.
A lo largo del tiempo el ingenio popular recurrió a la esbelta y flexible planta para enfrentar tempestades y otras calamidades naturales, elaborar aperos de pesca y un sinnúmero de artículos caseros como muebles, cestos, abanicos y los tradicionales palitos que sirven de cubiertos en las comidas.
Si como bien se dice que el bambú es la planta de los mil usos, pocos pueblos como el vietnamita han hecho tanto honor a semejante afirmación, con una suma de inagotable creatividad que merece admiración y reverencia.
Pero bien lejos de la tentación de cualquier mirada pintoresca, hoy el bambú se concibe en Vietnam como importante materia prima de un renglón industrial que crece en producción y se ha convertido en demandado rubro exportable.
A la sabiduría milenaria se han incorporado modernas tecnologías y equipos importados para los procesos de transformación de una materia de difícil manejo, y sus resultados están a la vista, en las tiendas que ofertan los disímiles productos y en las ferias en que se exhiben para asombro de visitantes.
Afamados arquitectos nacionales conquistaron lauros en los últimos tiempos con sus diseños de viviendas y centros turísticos construidos y decorados principalmente de bambú, una tendencia que gana adeptos por día ante una simbiosis de tradición, buen gusto y fortaleza, a lo que se añade la sensación de frescor que proporciona donde las temperaturas suelen ser altas en la mayor parte del año.
Todo este buen aprovechamiento del bambú en mucho tiene que ver con la búsqueda del ideal de lo que se denomina economía verde, más próxima a la naturaleza, amiga del ambiente, protectora ecológica, si además se presta oídos a científicos que recomiendan su cultivo como limpiadora de de dióxidos.