Por Nelson Rodríguez A
(Primer Secretario de la Embajada de Venezuela en Vietnam)
La Revolución Bolivariana en su afán por alcanzar un desarrollo pleno para beneficio del pueblo, no se detiene. Venezuela marcha hacia grandes conquistas. Un vistazo a las estadísticas resulta suficiente para percibir que son muchos los riesgos para alcanzar el horizonte; sin embargo, ese es el camino.
No hay que perder la capacidad de sueño, la ilusión por un porvenir mejor. De mantener activa la imaginación. Los que no sueñan son los hombres de barro. Los que tienen alguna relación con las piedras, con los objetos sin vida.
Venezuela está ante nuevas oportunidades con el reciente ingreso al
Mercosur, dándole al grupo nuevas perspectivas de desarrollo
Para la otrora “Cochinchina” en el Lejano Oriente distante en la geografía con los suramericanos y viceversa, años atrás, superar los escollos de las distancias, no era tema de honda preocupación para sus líderes; sin embargo, desde hace poco tiempo para acá, cuando el Presidente Hugo Chávez Frías, visitó estas tierras, el líder ha puesto especial empeño en establecer convenios con países como China y Vietnam, que poco a poco han ido superando las barreras geográficas con Asia.
Los legados libertarios y humanistas de Simón Bolívar (1783-1830) y Ho Chi Minh (1890-1969), los cuales a pesar de distar en el tiempo más de cien años, coincidieron tanto en sus propósitos, que hoy son premisas importantes en las que se basan los compromisos integradores entre Vietnam y Venezuela.
Para Venezuela, a escala regional, su incorporaciónel 31 de julio de 2012, al Mercado Común del Sur (MERCOSUR: Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, ahora excluido, Bolivia, Chile, Colombia, Perú y Ecuador), constituye un factor de desarrollo e integración regional que se enmarca en la idea de una América unida soñada por Bolívar, El Libertador. Y a escala universal es una puerta que se abre a la Región para alcanzar mercados allende los mares.
Podría decirse que igual ocurre con Vietnam, que desde su ingreso a la Asociación de Países del Sureste Asiático (ASEAN, 1967), en 1995 se ha convertido en un eje importante integrador de la región asiática y péndulo que articula relaciones con países de otros continentes.
Venezuela cuenta, y ahora la comunidad de país suramericanos, a través del MERCOSUR, con más de dos mil kilómetros de costas marinas en el Caribe, para comunicarse con el mundo. Posee infraestructuras portuarias que habrán de adaptarse a las exigencias del nuevo mercado regional como también se construirán las necesarias.
Esa fortaleza de Venezuela ofrece grandes posibilidades para el transporte de productos regionales a los mercados internacionales, en una autopista de doble vía, al tiempo que será fuente de trabajos para mano de obra intracontinental; propiciará una relación comercial de proporciones gigantescas que conllevará a la constitución de un caleidoscopio de razas que, sin duda, permitirá el surgimiento de un sincretismo multicultural en una población superior a los 200 millones de personas. Estamos ante la percepción de una realidad, que bien vale la pena imaginar en un foro sobre el tema.
Por su parte, Hanoi, muy bien podría comunicar a Caracas y por ende a los países del MERCOSUR, mediante la articulación de los distintos mecanismos del comercio internacional, con un universo superior a los 600 millones de personas que agrupan los países de ASEAN (Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunéi, Laos, Birmania, Camboya y Vietnam). Sin perder de vista que desde hace algún tiempo (2003) se abrigan esperanza de sumar a este ente regional, cuando las condiciones estén dadas según sus planificadores, entre otros países, a China con una población que está por el orden de los 1300 millones de habitantes; Japón, 127 millones; que sumarían el 60 por ciento de la población mundial al bloque; estaría pendiente, también, la inclusión de India, a más largo plazo, con 1.080.264.388 habitantes.
El premier vietnamita Nguyen Tan Dung: Vietnam se afirma como
miembro responsable de la ASEAN
Vale la pena recordar que la Declaración de Bangkok establece puntos fundamentales para cualquier bloque de esta naturaleza, que no dejan de ser referencias importantes a tomar en cuenta: Aceleración del crecimiento económico de sus países miembros; Fomento de la paz y estabilidad regional.
Por su parte el Acta del MERCOSUR, establece entre sus propósitos: La libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre países, el establecimiento de un arancel externo común y la adopción de una política comercial común, la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados partes y la armonización de las legislaciones para lograr el fortalecimiento del proceso de integración.
Estas son realidades del nuevo comportamiento del orden económico global que se abren pasos en el Siglo XXI. Los grandes problemas que enfrentan importantes países europeos y el frágil escenario en el que se desenvuelve la economía de los Estados Unidos, constituyen un universo de temas que demandan el concurso de la inteligencia moderna para alcanzar salidas que les permitan la superación de sus economías en crisis.